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11 de diciembre de 2020

Entrevista ABC 11/12/2020. España, UE y América Latina.

 El exeurodiputado y exministro socialista Ramón Jáuregui (Herrera, San Sebastián, 1948) es el actual presidente de la Fundación Euroamérica, encargada de la conexión entre América Latina y Europa, relación que según el propio Jáuregui está en «sus comienzos» y donde aún «queda mucho por hacer».


En esta entrevista con ABC, el exdiputado europeo ha hablado de los distintos temas que marcan la agenda internacional, como las elecciones venezolanas, las nuevas relaciones con la Casa Blanca, el veto de Polonia y Hungría a los presupuestos de la UE, el Brexit, las relaciones con Oriente Medio, el acuerdo Mercosur o la política que España debe marcar en Europa, donde ha explicado que uno de sus principales objeticos debe ser «poner América Latina en el radar de la geopolítica europea», pues tiene la «auctoritas» para marcar la política exterior de la UE.

Respecto a las relaciones con la Casa Blanca, el exministro ha manifestado que «Europa debe recuperar el apoyo estadounidense a la integración europea», así como encontrar «un marco de cooperación en la OTAN para construir la Europa de la Defensa y fortalecer la industria militar europea».

En referencia a la posición de la Unión Europea sobre las elecciones venezolanas, el exeurodiputado ha explicado que «la UE ratificará su apoyo político a la oposición y reactivará su intermediación para conseguir un acuerdo en torno a nuevas elecciones con garantías democráticas». Jáuregui ha defendido la actuación de Borrel, pero no ha hecho lo mismo con Zapatero, de quien dice «no compartir su opinión».

El FMI, el Banco Mundial y la Cepal pronostican caídas del PIB en torno al 8% este año en América Latina; batacazo que ha resucitado la maldición latinoamericana de la década perdida. ¿Debe España temer el riesgo de la crisis de deuda soberana en Latinoamérica?

Salvo conocidas excepciones, no hay endeudamiento excesivo en los países latinoamericanos. El problema es el contrario. Las instituciones financieras internacionales deberían emitir deuda y ayudar más a esos países. Nosotros hemos pedido al FMI que emita un billón de dólares de Derechos Especiales de Giro para ayudar a la región.

¿Cómo es el marco económico de América Latina tras la crisis originada por la Covid-19?

Es grave. El impacto de la pandemia es más severo que en otras regiones y la recuperación será más lenta. Ayudarles ahora es clave para que la destrucción de empresas no empobrezca más a la región. Sin duda es el continente más castigado por la pandemia en el mundo.

¿Qué objetivos debe marcar España en Europa para potenciar la relación con estos países? ¿Qué papel desempeña la fundación para potenciar estos objetivos?

España tiene la «auctoritas» reconocida en Europa para guiar la política exterior de la UE para América Latina. Fuimos quienes abrimos ese puente y somos los que más sabemos y podemos hacer allí. Hoy contamos además con un español al mando de esa política exterior. ¿Objetivos? muchos; pero diré sólo tres: poner América Latina en el radar de la geopolítica europea y recuperar las Cumbres UE-Celac, conseguir ayuda financiera para combatir la pandemia y aprobar Mercosur y los acuerdos de modernización de México y Chile, e incorporar a Bolivia en el Acuerdo Multipartes de UE con Colombia, Perú y Ecuador.

¿Que implica para España, en estos momentos, el Acuerdo Mercosur?

Mercosur es un Acuerdo extraordinario, alcanzado después de 20 años de negociación dificilísima. Mercosur es clave para Europa y para los cuatro países que lo integran. Afecta a 750 millones de personas. Elimina el 90% de los aranceles y ofrece una oportunidad extraordinaria para ambas regiones en comercio e inversiones. Si Europa lo ratifica en el próximo semestre de presidencia portuguesa, habremos dado un paso gigantesco en la regulación del comercio internacional. Después del Acuerdo de China con Japón, Australia, etc. (RCEP), Mercosur es imprescindible.

Respecto a las relaciones de España con EEUU ¿Cómo prevé que puedan cambiar las relaciones con Biden en la Casa Blanca?

A mejor, sin duda. Nuestro vínculo transatlántico en materia de seguridad y defensa es importante. Habrá que ajustarlo al marco Europa-Estados Unidos de los próximos años. Las relaciones comerciales y económicas deben mejorar porque con la Administración Trump los desencuentros han sido notorios. Habrá muchas coincidencias con Biden en materias globales, así como en lo que respecta al cambio climático o las relaciones con Europa. Y eso será bueno.

Uno de los grandes puntos de fricción con la Administración Trump fueron los aranceles puestos por EE.UU. a productos agrícolas, así como aranceles a productos europeos por la disputa de Airbus. ¿Cree que con Biden se podrá llegar a un acuerdo más fácilmente?

Hay tres capítulos en ese marco que tenemos que resolver: las sanciones comerciales recíprocas, la fiscalidad a las tecnológicas estadounidenses y las inversiones americanas en sectores energéticos. Deberíamos resolver con acuerdos los tres campos.«Con Biden, Europa debe recuperar el apoyo estadounidense a la integración europea y encontrar un marco de cooperación en la OTAN para construir la Europa de la Defensa y fortalecer la industria militar europea»

Trump ha sido el primer presidente americano abiertamente antieuropeo. Los Estados Unidos siempre apoyaron la unificación europea, desde Eisenhower hasta Obama. Con Biden, Europa debe recuperar el apoyo estadounidense a la integración europea y encontrar un marco de cooperación en la OTAN para construir la Europa de la Defensa y fortalecer la industria militar europea. Si reanudamos las conversaciones para una gran Tratado Comercial (TTIP), sería una gran noticia, sobre todo después del Acuerdo de China en el Pacífico y con el Sudeste asiático (RCEP). En relación con América Latina, sería muy bueno armonizar estrategias para ayudar a la región a superar problemas políticos y democráticos.

Borrell espera colaborar con Biden en el conflicto palestino-israelí ... ¿Qué papel desempeñaría aquí la Europa de los 27?

Es una intención loable. Pero no será fácil recuperar el terreno que hemos perdido allí, tanto europeos como norteamericanos. Ya se sabe que la política exterior está lastrada por la unanimidad y los intereses europeos en Oriente Medio son demasiado plurales.

En cuanto a las relaciones comerciales bilaterales, Israel representa un socio muy importante, hasta el punto de ser uno de los principales en Oriente Medio para España, junto a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos…. De hecho, la ministra de Asuntos Exteriores española está visitando Israel y Palestina en estos momentos

España tiene equilibrios inteligentes en sus relaciones con los países de esa zona. Esos equilibrios nos pueden permitir mediaciones, siempre bienvenidas, en la región más conflictiva del mundo. Intensificar nuestras relaciones económicas con la región también es importante.

Como presidente de la Fundación Euroamérica, exministro socialista y exeurodiputado ¿Ha cambiado la estrategia del PSOE en América Latina desde la entrada de Podemos, partido cuyos creadores son chavistas confesos en el Gobierno?

Que yo sepa, en absoluto. Mantengo frecuentes contactos con la Secretaria de Estado Cristina Gallach y puedo asegurarle que la política del Ministerio para con América Latina es más comprometida e intensa que nunca. Puedo decir incluso que el Ministerio, incluido el Secretario de Estado Manuel Muñiz, nos convocó hace unos días a todas las fundaciones públicas y privadas que operamos con América Latina para fortalecer nuestra acción común allí. Nuestro compromiso con América Latina sigue siendo fortalecer sus democracias, su Estado de Derecho y su cohesión social.
«La UE ratificará su apoyo político a la oposición venezolana e intentará llegar a un acuerdo en torno a nuevas elecciones con garantías democráticas»

La UE no reconoce los resultados de las elecciones legislativas celebradas en Venezuela, pero tampoco aclara su posición sobre Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela y de la actual Asamblea Nacional… ¿Cómo se resolverá esta situación?

Habrá que esperar la posición europea después del 5 de enero. La UE no reconoció la nueva Asamblea elegida el 6 de diciembre, pero no hay soporte legal para extender la legitimidad de la Asamblea disuelta. En todo caso, la UE ratificará su apoyo político a la oposición y reactivará su intermediación para conseguir un acuerdo en torno a nuevas elecciones con garantías democráticas.

Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, intentó que Maduro aplazara las elecciones y llegara a un acuerdo con la oposición, e incluso llegó a mandar una misión a Caracas para tratar de desbloquear la negociación. ¿Qué opina al respecto?

Borrell hizo lo que debía. Una parte de la oposición (Capriles) quería participar en las elecciones y la Conferencia Episcopal de Venezuela también lo recomendaba; la misión europea pidió un aplazamiento electoral de 6 meses y una negociación de las condiciones electorales. Maduro se negó y la oposición se reunificó en el boicot electoral y la comunidad Internacional está firme en su rechazo a estas elecciones. Sin la misión europea no estaríamos así. Fue un éxito a pesar del resultado.

¿Seguirá la UE reconociendo a Guaidó como presidente encargado, aunque su mandato oficial como presidente de la Asamblea Nacional caduque el 5 de enero?

Es difícil hacerlo. No hay legitimación y parte de la oposición anuncia ya que la Operación Guaidó terminó. Pero la UE seguirá apoyando a la oposición y a sus líderes. Tenga en cuenta que parte de la oposición venezolana, la que está allí, quiere participar y derrotar a Maduro. La clave será, por tanto, encontrar las condiciones políticas para hacerlo posible democráticamente.

¿Qué opina al respecto de que Guaidó acuse a Zapatero de ser «cómplice de la violación de derechos humanos» en Venezuela?

El Presidente Zapatero cree que las elecciones son la única oportunidad de que la oposición derrote a Maduro. Pero a pesar del respeto y del afecto que le tengo, no comparto que estas elecciones hayan sido democráticas. Ni que el chavismo lo sea.

Respecto a la ola migratoria en Canarias, ¿Qué está detrás de la última ola migratoria que afecta a las islas? ¿Por qué el Gobierno pide responsabilidades a la Unión Europea? ¿Qué ha hecho mal la UE?

Detrás de la migración africana está lo de siempre: la miseria y la esperanza de una vida al otro lado del mar. Lo que Europa no ha hecho es tener una política migratoria. Es decir, contratar inmigrantes en los países de origen, traerlos en avión, repartirlos en los países, formarlos e integrarlos.

¿Cómo es la relación entre la UE y Marruecos?

Debiera ser lo mejor posible. Marruecos es clave para Europa en muchas cosas y, para España, es fundamental. Nos jugamos mucho con ese país en nuestros planes: terrorismo internacional, emigraciones, inversiones, comercio.«La Unión Europea y el Reino Unido tienen que negociar un gran acuerdo de asociación que incluya todos los planos de relación entre países amigos»

Parece que hemos llegado al punto crítico tras más de tres años de negociaciones … Un Brexit sin acuerdo sería catastrófico y un caos absoluto ¿Se han perdido oportunidades para un buen acuerdo? ¿Hacia dónde iría la UE si se produce esa «catastrófe diplomática» sin acuerdo? ¿Hacia una espiral de conflicto?

Sea cual sea el desenlace del Brexit, la Unión Europea y el Reino Unido tienen que negociar un gran acuerdo de asociación que incluya todos los planos de relación entre países amigos; casi diría yo, todos los «asuntos de familia». 45 años de convivencia en la UE, una coincidencia en valores comunes y una vecindad geográfica y humana tan grandes sólo se regulan mediante y una relación fraterna. Cualquier otra cosa nos hará daño, tanto a la UE como al Reino Unido.

Hace unas semanas se anunciaba que el Parlamento Europeo y el Consejo habían llegado a un acuerdo para aprobar las cuentas para los próximos siete años, pero ¿el veto de Polonia y Hungría puede hacer peligrar los fondos europeos?

Hungría y Polonia tendrán que aceptar la nueva normativa sobre cumplimiento del Estado de Derecho y la condicionalidad de las ayudas europeas a esa vigilancia. Está en el espíritu y en los Tratados de la Unión. Si no lo hacen, se quedarán fuera del Next Generation UE y del Plan de Recuperación. Y créame, a eso no pueden renunciar.

Por último, ¿Cómo ve a la Unión Europea: fuerte, débil ..., ¿Con muchos problemas internos? ¿Dificulta la diplomacia de los 27 tomar decisiones rápidas e importantes para la UE?

La UE ha dado un paso de gigantes con sus medidas post Covid. Al principio la pandemia nos cogió desarmados y atolondrados. Hoy es el único organismo internacional que ha fortalecido sus estructuras y que ha mejorado su imagen exterior. Los europeos miramos a Bruselas y vemos que compra y reparte vacunas. Vemos que, por primera vez, emitiremos deuda comunitaria por importe de 750.000 millones de euros y la repartiremos solidariamente en función del daño de la pandemia. Es un programa federal y contundente. Ha sido fantástico.

Por supuesto, la unanimidad es un obstáculo para una política exterior eficaz. Pero Europa se hace a golpe de crisis. Y de ésta saldrá una Europa mejor.

Publicado en ABC, 11/12/2020.

12 de abril de 2020

Ni olvido, ni perdono.

"Gran parte del PSOE que conocemos y de la España que disfrutamos se los debemos a él. Enrique estuvo en el origen de mucho de lo bueno que hicimos."

Se hizo socialista en las cárceles de Franco intuyendo, ya entonces, que la izquierda útil para España era la socialdemócrata, no el comunismo. Negoció con habilidad y generosidad el Pacto del Betis, en Suresnes (París) en 1974, para desanclar al PSOE del exilio y para apostar, con acierto, por los jóvenes socialistas andaluces de «Isidoro».

Enrique fue una persona clave en tres momentos históricos del socialismo español: en la construcción del PSOE de la clandestinidad que emergió en el periodo de la tolerancia política en el declive franquista (19701975), en el tránsito de la tolerancia a la legalidad y a la Constitución (1975-1978) y en el paso de la legalidad a la victoria del 82.

Tenía una mirada larga, veía lejos y calculaba con mucho acierto las corrientes sociales, los movimientos políticos y las consecuencias de sus actos. Era uno de esos políticos que no te deslumbraba por la descripción del presente sino por la capacidad para intuir el futuro. Pocos lo hacían y menos lo hacen.

Gestionó el primer acuerdo autonómico con el PNV, la alianza PSOEPNV para el Senado en 1977. Comprometiendo así la incorporación del nacionalismo vasco a la causa democrática española. Fue el primer paso de unos acuerdos con el PNV que todavía duran hoy. Sus consejos y su olfato político le hicieron clave en el PSOE para la Transición, para el pacto reconciliatorio, para la Constitución, y para la victoria del PSOE de octubre del 1982. En todo caso su influencia fue decisiva en la configuración de un PSOE moderno, europeo y socialdemócrata.

A pesar de su protagonismo en todos estos acontecimientos, a Felipe le costó hacerle ministro y me consta que sufrió por ello. Pero finalmente lo fue y una de las políticas más valiosas en la consecución de la paz fue la dispersión de los presos de ETA. La cárcel no podía seguir siendo el lugar desde donde se estimulaba y organizaba la violencia. Fue duro y le generó enemigos feroces, pero era hombre de convicciones y decisiones. Sabía gobernar.

Siendo como eran, familia de sufrimientos históricos (judíos emigrados en la guerra), acostumbrado al exilio y a la cárcel, Enrique sufrió el más duro de los golpes de su vida cuando ETA asesinó a su hermano Fernando. «Ni olvido ni perdono» fueron sus palabras una tarde lluviosa y ventosa cuando enterramos al «Poto», su hermano del alma en San Sebastián. Fue también hombre de paz.

Enrique estuvo en el origen de lo que somos. Yo me incorporé a su despacho de Rentería, en 1975. Eran años difíciles en aquel pueblo donde rompían la placa de abogados con nuestros nombres cada día. Habíamos estado juntos en el Congreso de Suresnes y desde finales de los sesenta estuvo reconstruyendo el socialismo vasco junto a Nicolás Redondo, Txiki Benegas y algunos pocos más. Él estuvo en el origen de todo lo que fuimos y nos dejó su impronta de político listo, intuitivo, de su admiración socialdemócrata por el socialismo del centro y del norte europeos, su moderación ideológica, su cultura literaria, su amistad. Hoy le rendimos homenaje y nos enorgullece su legado.

Publicado en ABC, 12/04/2020

19 de diciembre de 2019

Cambios en América Latina.

«La verdadera revolución en América Latina es de eficiencia pública, de honestidad y ejemplaridad de sus clases dirigentes» 

URUGUAY también gira a la derecha aunque la victoria de Lacalle ha sido por los pelos. Lo hizo Brasil con Bolsonaro, Chile con Piñera, Perú con Kuczynski, Ecuador con Lenin Moreno, y Colombia con Duque. Salvo Alberto Fernández con los peronistas en Argentina, todo el subcontinente americano está en manos de la derecha política, más o menos neoliberal. Bolivia, pendiente de unas elecciones que, con toda seguridad representarán un cambio notable sobre los doce años de Morales, sea quien sea el ganador. Este giro a la derecha puede deberse a la destructiva imagen que ofrece el modelo bolivariano de Venezuela que, en mi opinión, daña a la izquierda política socialdemócrata de una manera letal. El país más rico del continente, con la renta más alta y mayor nivel de vida, se ha convertido en un caso paradigmático de crisis humanitaria y de expulsión de su propia población (más de cuatro millones de venezolanos están huyendo de su país en los últimos años). El fiasco venezolano, no obstante, no es generalizable a otros países donde gobernó una izquierda también bolivariana. Ecuador y Bolivia han realizado progresos notables en sus servicios públicos, en sus sistemas de protección social y en sus infraestructuras físicas y tecnológicas durante los años de Correa y Morales. 

Pero hay dos reflexiones que se nos ofrecen hoy ante este giro político neoliberal. La primera tiene que ver con uno de sus más notorios fracasos: Argentina. Macri generó enormes expectativas al comienzo de su gestión, devolviendo a su país a los mercados financieros internacionales, pero su gestión ha acabado de la peor manera. Con un mayor endeudamiento, bolsas de pobreza alarmantes en un país rico por naturaleza y un sistema productivo paralizado en un marco económico de desconfianza total. El nuevo Gobierno peronista suscita todo tipo de dudas, muchas más teniendo en cuenta el volumen del ajuste fiscal que le amenaza. La buena noticia fue el funcionamiento impecable de su sistema electoral, el alto grado de seriedad institucional que están mostrando las dos grandes fuerzas políticas y la serenidad con la que el pueblo ha votado y soporta esta situación. Aquí ha funcionado la política. 

Pero, atención, el cambio neoliberal que se está produciendo viene acompañado por el descontento y la protesta. Chile y Colombia son el ejemplo de una reacción social inesperada, pero masiva y elocuente ¿A qué viene este descontento? ¿Qué expresan y qué reclaman los jóvenes colombianos y chilenos en las calles? ¿Por qué protestaron con tanta virulencia los transportistas ecuatorianos contra el alza de los carburantes? 

En mi opinión, hay dos notas comunes. En ambos países y en todo el subcontinente se observan unas clases medias crecientes, empoderadas por la nueva sociedad de internet y modernizadas en su vida urbana, que reclaman nuevos servicios que sus Estados no les prestan. Son demasiados débiles para ofrecerles educación y sanidad universales y de calidad, ni siquiera, seguridad ciudadana y un sistema judicial independiente y eficaz. Por otra parte la productividad de su economía está basada en unas condiciones laborales paupérrimas y que el sistema público de protección social y de bienestar, es ínfimo. Salarios miserables y derechos sociales mínimos se suman a un sistema de Seguridad Social (capitativo) que proporciona pensiones de miseria a la mayoría de la población. Si se añade que la Universidad es privada, o pública con matrículas muy altas, y que las diferencias sociales se perpetúan (hacen falta más de diez generaciones para que funcione el elevador social) se comprende muy fácilmente que la subida del precio del metro provoque la chispa de la revuelta social. La economía informal es demasiado alta en casi todos los países de América Latina. En algunos sobrepasa el 50 por ciento de la actividad económica. Sin cotizaciones no hay Seguridad Social. Sin pagar impuestos no hay Estado. Las élites económicas de demasiados países se niegan a su contribución fiscal. En esas condiciones, con recaudación de entre el 10 y el 20 por ciento como ingreso fiscal del Estado, no hay servicios públicos redistributivos. No hay igualación social. Las familias ricas y poderosas se perpetúan en el poder y la desigualdad se cronifica. Y el pueblo se enfada. Peor aún, desconfía de la democracia y de sus protagonistas principales: los partidos y los políticos que, a su vez, viven en el mejor de los mundos. 

La verdadera revolución pendiente de muchos de esos países es una revolución de eficiencia pública, de honestidad y ejemplaridad de sus clases dirigentes, de reformas sociolaborales pactadas, de formalizar la economía, haciéndola trasparente y cotizante, de contribución fiscal de sus élites económicas, de democracia ordenada y estable, de pacto sociopolítico amplio que aúne esfuerzos y vertebre país. Europa y España principalmente quieren ayudar a esas revoluciones, tan sencillas de expresar como difíciles de realizar.

Publicado en ABC, 19/12/19

2 de marzo de 2017

Encuentros: Ramón Jáuregui y Fernando Vidal. 2/03/2017




Ramón Jáuregui, portavoz del PSOE en el Parlamento Europeo, conversa con Fernando Vidal (director del Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia de Comillas) sobre la crisis de la socialdemocracia, los retos de la globalización y las difíciles relaciones de la Iglesia con los socialistas cuando aparecen en la agenda asuntos como el aborto.
Desde que se afilió, en 1973, no ha habido período en el que Ramón Jáuregui (San Sebastián, 1948) no haya desempeñado algún papel protagonista en el PSOE. A sus 68 años es hoy portavoz de los socialistas españoles en el Parlamento Europeo y uno de los encargados de la ponencia política en el 39 congreso que celebrará su partido en junio. No es creyente, pero ha sido siempre uno de los grandes valedores de la corriente Cristianos Socialistas. Fue ministro de la Presidencia con José Luis Rodríguez Zapatero, durante uno de los períodos de mayores desavenencias entre la Iglesia y el PSOE.

Le une una amistad de muchos años a Fernando Vidal (Vigo, 1967). El presidente de la Fundación RAIS, la mayor organización de ayuda a las personas sin hogar en España, es además director del Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia de Comillas.

La conversación –celebrada el 25 de febrero en el Congreso de los Diputados– comienza con la situación interna del PSOE. Jáuregui la achaca a la «gestión de la crisis económica» y a que «la transición desde Zapatero no ha sido precisamente un éxito», especialmente en el último año, en el que «hemos gestionado muy mal la derrota electoral». Fernando Vidal apunta a limitaciones estructurales que afectan a todas las corrientes ideológicas en Europa, aunque de manera especial a la socialdemocracia, fruto de la dificultad de seguir financiando determinados servicios sociales. «Todo lo que alabemos al Estado del bienestar es poco, pero necesitamos ir más allá, que la sociedad civil se haga cargo de gestionar bienes públicos a través de conciertos, de convenios, de autogestión…». «Los partidos, ¿han sido capaces de integrar a la sociedad civil?», se pregunta. «¿Qué pasa con las familias, con las empresas, con la comunidad católica (que es el 70 % de este país)?»

Ambos señalan con preocupación «el desafecto hacia el sistema democrático», con el agravante de la ausencia de un debate serio sobre los problemas actuales. «Con las redes sociales se han multiplicado por millones los comunicadores, pero se ha banalizado el debate político, y esto hace extraordinariamente difícil la pedagogía ante decisiones políticas complejas en un mundo que está hiperinformado pero solo epidérmicamente», constata el político vasco. Llegamos así al auge de los populismos.

¿Trump es un síntoma definitivo de la crisis del sistema surgido tras la II Guerra Mundial?

Ramón Jáuregui: Nadie lo sabe, pero yo soy de los que cree que es un peligro importante. 2017 en Europa no va a ser tan catastrófico. Pienso que Le Pen no va a ganar en Francia y que va a haber un Gobierno europeísta y democrático en Holanda. Pero las tentaciones populistas y las tendencias electorales son enormemente peligrosas.

Fernando Vidal: La solución a la mayor parte de problemas que estamos viendo es unir a la sociedad civil en un gran contrato. Eso es apostar por el vínculo, mientras los populismos representan nostalgias de volver al control: al poder de la nación, al poder de una sola etnia blanca… Y eso genera división. Pero lo decisivo no es hoy tener más poder, sino mayor capacidad de vinculación, lo cual requiere llegar a acuerdos, reconocimiento del otro…

Le han criticado, Ramón, por ser uno de los grandes defensores en el Parlamento Europeo del CETA, el acuerdo de libre comercio con Canadá.
R.J.: Hay muchos jóvenes de izquierdas que son muy antiguos. Creo que la izquierda moderna debe tener una agenda no contra la globalización, sino para regularla. ¿Que el CETA es imperfecto? Probablemente, pero deja muy atrás la Ronda de Doha con nuevos estándares sociolaborales, medioambientales, de defensa de la justicia pública… Yo sinceramente creo que marca el primer paso de una regulación progresista del comercio internacional. Hay otros retos pendientes en la gobernanza de la globalización, como el control de los movimientos de capitales, involucrar a las empresas en el respeto a los derechos humanos en todo el mundo, la cooperación al desarrollo y el cambio climático. Para mí esta es la manera de afrontar la globalización, no convertirnos en luditas que se oponen a la máquina.

Eso es casi doctrina social de la Iglesia.

F.V.: Sí, estoy muy de acuerdo. Y señalaría también una crisis de la democracia sentimental, de la vinculación emocional al proyecto político. Frente a lo cual necesitamos alianzas con las comunidades religiosas y otros grupos, sin olvidar un factor tan importante como la incorporación de las clases medias de Latinoamérica, África y Asia. Van a cambiar la sociedad civil global y necesitamos establecer puentes con la ciudadanía de estos lugares.


R.J.: Eso es muy importante. Con los movimientos migratorios no es que hayamos fracasado en Europa –que por supuesto lo hemos hecho–, es que ni siquiera nos hemos planteado cómo resolver esta cuestión. Es como un señor que se sienta a ver un documental del National Geographic en su butaca diciendo: «Qué interesante todo esto que está pasando», sin comprender que se están removiendo los cimientos del suelo en que nos encontramos.

¿Hablamos de cristianos y socialistas? Fernando ponía antes en valor la «capacidad de vinculación». Usted, Ramón, ha reclamado que en su partido los cristianos «puedan expresarse con libertad sin perder su compromiso con la fe».
R.J.: Lo primero que quiero aclarar es que no soy persona de fe, aunque en mi partido me han puesto esa etiqueta.

En el libro 50 cartas a Dios, escribió usted: «No te veo, pero te tengo por un aliado».

R.J.: Yo pienso que el cristianismo es una fuente de enriquecimiento de nuestra ideología y diría incluso que de autentificación, porque quienes desde el Evangelio se incorporan al PSOE vienen con la pureza y la grandeza de convicción de estar con los humildes. Por eso he pretendido superar la peligrosa confusión histórica de un partido anticlerical y antirreligioso. Esta es mi convicción, pero inclusive desde una perspectiva más táctica creo que esta es una conexión sociológica que no debemos perder.

F.V.: Hay varias cuestiones en juego en la relación con el PSOE o cualquier partido: la comunidad y la familia, la libertad en la educación… Y una agenda de asuntos éticos no resueltos en la sociedad, como la eutanasia, la maternidad subrogada, el aborto… La política puede alcanzar soluciones momentáneas, pero es en la cultura donde tenemos que dar la batalla. Mientras tanto, para que las cosas funcionen, deben resolverse estas controversias desde la prudencia. Dicho esto, los católicos son ideológicamente muy plurales, y la Iglesia debe ser capaz de acompañarlos como madre y animarlos a la participación política en todas las opciones legítimas.

¿Qué pasa con esos temas más polémicos, como el aborto?
R.J.: Yo reivindico como Habermas que la Iglesia tenga libertad de expresión. Acepto y agradezco su punto de vista, siempre que ella acepte el límite de que solo expresa su propia moral y no puede imponérsela al conjunto de la sociedad. Y creo que en eso hemos avanzado bastante, porque en los primeros años de los gobiernos de Zapatero la Iglesia adoptó una posición beligerante contra el derecho del Parlamento a decidir sobre ese tipo de cuestiones. En cuanto a los cristianos en el PSOE, les dimos la oportunidad de enriquecer nuestro propio debate, lo hicieron fantásticamente bien y después no han sido correspondidos desde el partido. Yo siento una cierta frustración por todo eso.

No es antidemocrático criticar decisiones de una mayoría parlamentaria, como tampoco es antidemocrático criticar a Trump, un presidente democráticamente elegido.

R.J.: Siempre que no se cuestione que el poder legislativo tiene el derecho de elaborar una ley.

F.V.: Creo que a veces hemos optado más por estrategias de poder que por generar comunidad. Esto no solo ha generado una reacción negativa en el ámbito socialista, sino que dentro de la comunidad católica hemos sufrido una ruptura fuerte, que todavía no se ha conseguido coser. Se dilapidó el legado de la Iglesia de la Transición con toda esa idea del encuentro.

R.J.: Yo recuerdo cruzarme con manifestaciones, esos sábados en los años duros del Gobierno de Zapatero, en la que los manifestantes lo mismo estaban contra el matrimonio homosexual que contra el estatuto de Cataluña, con mucha gente traída en autobuses desde parroquias.

F.V.: Esto conecta con algo que ocurrió en EE. UU. a finales de los 70, cuando se produce una concertación de las iglesias evangelistas, pentecostalistas y parte del mundo católico, y se termina asumiendo que la sociedad no se va a cambiar por una convicción o por la vía de expandir una espiritualidad, sino que hay que hacerlo al asalto. Eso llevó al poder a Reagan, pero también a que la nación más teísta del mundo esté en estos momentos en las mayores tasas de laicismo de su historia, y con enormes fracturas sociales.

R.J.: Un paréntesis: en la profunda crisis que vivimos en España, en los sectores más pobres, la Iglesia es un agente fundamental, ya sea con los comedores o con la red de Cáritas.

¿Habría algún posible punto de entendimiento en el aborto, por ejemplo en el trabajo para evitar que ninguna mujer se vea abocada a ello?

R.J.: No creo que tengamos dificultad en encontrarnos en eso. Yo no estoy en contra de las políticas pronatalidad. Ni creo que nadie quiera el aborto, ni siquiera las más acérrimas defensoras. No veo problemas en eso.

F.V.: El problema no está en la política, sino en la cultura. Yo estoy totalmente en contra del aborto, pero tengo que reconocer que hoy parece existir un gran consenso en el Parlamento. Por eso creo hay que profundizar en todas estas cuestiones. Y para eso necesitamos sentarnos juntos. Si no tenemos la comensalidad, si se ha dividido tanto la población en bandos que parecen irreconciliables, se hace imposible el diálogo. Puede haber diferencias, pero nunca se puede romper la fraternidad. No puedes hacerte una caricatura y disparar tus balas contra una gente que ni conoces, y esto va por una parte y por la otra. Aquí, al lado del Congreso, a 100 metros, hemos tenido una instalación donde los diputados podían ver todos los días un gran póster de un niño colgando de una mano y abajo una dentadura de cocodrilo. ¿Quien pasara por ahí iba a sensibilizarse, o a sentirse insultado?

Fernando mencionó antes la educación concertada, donde el acuerdo político tampoco es siempre fácil.
F.V.: La concertación es posiblemente la fórmula más acabada de colaboración de lo público con la sociedad civil. También en esto hay que huir de caricaturas que presentan una imagen elitista de la escuela concertada. Y nos falta perspectiva. En Francia hay más alumnos concertados que en España, lo que debería llevarnos a quitarnos ese complejo de una laicidad negativa para ir hacia una laicidad participativa.

R.J.: Estoy bastante de acuerdo.
 
 
 
Entrevista para Alfa & Omega.2/03/2017
Fotos: María Pazos Carretero.

6 de octubre de 2013

"Un impulso humano por la justicia social"


Decía Weber que la Biblia tenía la maldita costumbre de ponerse al lado de los pobres. Mucho más tarde, nuestro contemporáneo Norberto Bobbio decía que la estrella polar de la izquierda es la igualdad. Bien parece que el Papa Francisco, al negar la derecha y defender la izquierda política, está haciendo compatible «la maldita costumbre de la Biblia de ponerse al lado de los pobres con la estrella polar de la izquierda, que es la igualdad». Justamente conmemoramos ahora los 150 años de la fundación de los primeros partidos socialdemócratas y al hacerlo reivindicamos los grandes logros de nuestras luchas por la libertad, la democracia, la paz y la justicia, la igualdad, los derechos sociales y el Estado del Bienestar. Eso ha sido y eso es la izquierda. 
Hoy, en plena globalización económica en la revolución tecnológica y social del Siglo XXI, ¿Qué es la izquierda?

1. Yo diría que sigue siendo un impulso humano por la justicia social, por la igualdad de las personas y de sus oportunidades, y por la dignidad en sus condiciones de vida. Un impulso que a lo largo de todos estos años ha ido adquiriendo la forma de un proyecto político ideológico con unos perfiles y unas definiciones que lo hacen universal: la democracia como la base de las libertades y del derecho; el Estado del Bienestar como el edificio social de nuestra convivencia; Europa y la gobernanza democrática del mundo como ideal supranacional; la paz como condición necesaria de vida; la solidaridad como actitud colectiva ante los demás y tantos otros.

2. Izquierda es también laicidad. Laicidad incluyente que acepta el hecho religioso y la libertad de conciencia, pero que reclama para la soberanía popular el establecimiento de la moral cívica pública.

3. Izquierda son derechos humanos para todos, para siempre y en todo el mundo. 

4. Izquierda es democratizar la globalización, gobernar el mundo desde la política y someter a la democracia los mercados y la  economia.

5. Izquierda es Estado, fiscalidad progresiva, cohesión social, regulación pública de los mercados y sometimiento al bien común de la economía.

6. Izquierda es tolerancia y respeto al diferente. 

7. Izquierda es ecología, lucha contra el cambio climático y compromiso con el futuro sostenible del planeta.

8. Izquierda es igualdad de mujeres y de hombres. 

9. Izquierda es una actitud vital por la educación y la ilustración, por el saber, por la ciencia, por la cultura en su más amplia expresión.

10.Izquierda es crear, innovar, mejorar las cosas y poner el progreso tecnológico y humano al servicio de la humanidad con igualdad de oportunidades para todos.


Publicado en ABC, 6/10/2013

26 de junio de 2010

Se baja el telón.

Como en las representaciones teatrales, a la Presidencia Española se le baja el telón este treinta de junio. Al poner fin a estas colaboraciones que tan amablemente nos brindó ABC, corresponde hacer balance y juicio crítico. Estoy seguro que muchas de las valoraciones que se hagan de esta Presidencia, estarán preñadas de claves internas a la política nacional y no hace falta ser demasiado ingenioso para intuirlas dado el tono que se dispensa en general al presidente Zapatero. La mía, sin embargo va a estar impregnada del ámbito y del ambiente europeos sobre esta Presidencia. Cuatro aspectos son destacables:

Primero: la Puesta en marcha del Tratado de Lisboa. A España le ha correspondido compartir la Presidencia con un nuevo Presidente permanente (Herman Van Rompuy) y con una Alta Representante para la Acción Exterior (Catherine Ashton), Vicepresidenta además de la Comisión Europea. Un nuevo Colegio de Comisarios a las órdenes de Barroso (Barroso II) entró en funcionamiento en Marzo. Un nuevo Tratado Constitucional con un nuevo Parlamento que estrena nuevos poderes legislativos. ¿Cuál era el reto? Que toda una nueva arquitectura institucional funcionara y funcionara bien. Los elogios de Van Rompuy a Zapatero por su generosa actitud y por su impulso a este engranaje institucional que ha servido, en sus palabras, de «excelente precedente para la colaboración entre la Presidencia rotatoria y la Presidencia permanente», me ahorran más comentarios.

Segundo: el impulso al gobierno económico de la Unión. En estos meses se ha avanzado más que en años en la integración económica europea. Es verdad que la crisis ha sido la que ha forzado esos avances, pero lo cierto es que nadie hubiera pensado siquiera en diciembre de 2009 que hoy tuviéramos un mecanismo de estabilidad financiera del Euro, una Task-Force para la gobernanza económica, un nuevo marco de supervisión financiera, un programa de crecimiento económico para 2020 y una articulación europea de nueva fiscalidadi internacional para llevarla a la Cumbre del G20. Los avances en el gobierno económico europeo de la Presidencia española, justifican por si solos el éxito en esta misión.

Tercero: un nuevo marco de relaciones con América Latina. Los nuevos acuerdos de la UE con Colombia, Perú y Centroamérica, así como la reanudación de las negociaciones con Mercosur, son un éxito internacional sin precedentes en las relaciones externas de la UE.

Cuarto: el impulso a las políticas de libertad y seguridad. Especialmente en el área de la mujer, con la creación del observatorio europeo de igualdad, la orden europea de protección a las mujeres que sufren malos tratos y la puesta en marcha del Plan de ejecución del Programa de Estocolmo.

Hay mucho que contar, pero, en conjunto, creo sinceramente que ha sido una Presidencia digna para España y eficaz para Europa.

ABC, 26/06/2010

29 de mayo de 2010

Mas integración y menos nacionalismo.

La crisis económica está poniendo a prueba la solidez política e institucional de la Unión Europea. Los ataques al Euro -impensables hace sólo unos meses- han puesto en evidencia las carencias de la Unión Monetaria de dieciséis países, demasiado diferentes en sus macroeconomías como para sostener una moneda única. Las mutuas exigencias contempladas en el Plan de Estabilidad y Crecimiento, han resultado insuficientes y la flexibilidad en su aplicación ha devaluado sus fundamentos. Por eso, el primer gran reto de la Unión hoy es vencer la crisis de confianza que ha penetrado en los mercados financieros sobre algunos países del Euro y recuperar la serenidad y la solvencia en la gestión de la deuda pública europea a través de intervenciones potentes y agrupadas de los países de la Unión y de sus instituciones financieras centrales, incluido por supuesto el Banco Central Europeo. Es decir, más integración financiera europea en la respuesta a los pulsos especulativos que sufrimos los países del Euro y el Euro mismo, incluyendo la creación de un Fondo Monetario Europeo que los proteja de estas situaciones.

Pero, de inmediato y sin solución de continuidad, la Unión Europea debe apresurarse a mejorar la gobernanza económica de la Eurozona y eso quiere decir un esfuerzo intenso de los Estados europeos no sólo para converger en los parámetros del viejo pacto de Estabilidad, sino para aproximar sus economías reales a un modelo más homogéneo en sus grandes cifras, con un sistema de vigilancia y de exigencias macroeconómicas mucho más severas y amplias. Es decir, de nuevo, más integración, que nos obligará a someter nuestros proyectos de presupuestos a un visado europeo antes del debate parlamentario nacional, a coordinar nuestras políticas fiscales en un espacio monetario común y en un mercado interior único, y a comprometer con la Unión objetivos europeos en materias de competencia nacional: empleo, déficit exterior, avances en productividad, etc. En definitiva, más integración y menos nacionalismo en la respuesta a los graves acontecimientos que estamos viviendo.

¿Qué o quiénes se oponen a estas exigencias? Hay un razonamiento de aquellos que creen que solos se enfrentan mejor a la crisis, sin comprender que el volumen de las dificultades no permite respuestas nacionales. Hay además, un recalcitrante nacionalismo a impedir que Europa limite o condicione la soberanía nacional, por ejemplo, en la aprobación de los presupuestos, sin querer admitir que ésa es en el fondo, la condición de la construcción europea ¿No es eso lo que hicimos cuando levantamos las fronteras de Schengen, o cuando renunciamos a nuestras respectivas monedas para construir el Euro?

ABC, 29/05/2010

1 de mayo de 2010

El actual modelo social europeo

A lo largo de la segunda mitad del Siglo XX, Europa construyó el Estado del Bienestar.Una ingeniería social que buscaba proteger al trabajador -desde la cuna hasta la tumba-, como decía Beveridge y asegurar la cobertura de sus eventualidades probables o seguras: la enfermedad, la invalidez, el paro, la vejez.
Una fiscalidad progresiva que permitiera la redistribución social en ingresos y gastos.La educación universal y gratuita.La sanidad de calidad e igual para todos.Los servicios sociales a los excluidos, a los mayores dependientes, a la discapacidad...Una cohesión social como ideal de justicia y de equilibrio entre ciudadanos libres.

Hicieron falta muchas circunstancias para su creación.Casi un siglo de luchas obreras para alcanzar un trabajo digno y protegido, que hoy precisamente conmemoramos en este primero de mayo de significación universal. Una gran alianza entre socialdemócratas y cristianodemócratas después de la Segunda Guerra Mundial. El temor del capitalismo al modelo económico alternativo del comunismo que en realidad no era tal, como pudimos comprobar al caer el muro.En fin, una verdadera constelación de coincidencias y de esfuerzos de muchos para construir el modelo de sociedad mas justo- por imperfecto que fuera- que ha conocido la humanidad.

He escogido esta reflexión en esta fecha tan hermosa, para compartir con ustedes mi honda preocupación por las enormes incertidumbres que acompañan la atormentada vida de nuestro modelo social de bienestar.No es solo el impacto de la crisis.Desde hace varios siglos, la revolución tecnológica, la globalización económica y sobre todo productiva y la victoria ideológica del neoliberalismo en algunos de sus postulados, por ejemplo en la reducción de los impuestos, la reducción del peso del Estado y la reducción de las cargas sociales del empleo, están debilitando peligrosamente las bases económicas y filosóficas de estas grandes instituciones públicas del Estado del Bienestar.
¿Es posible defender la sociedad del bienestar y ser competititvos globalemnte? Europa está obligada a responder a esta cuestión principal. Todos lo hacemos diciendo que queremos ser ambas cosas: competitivos y socialmente cohesionados.Pero las preguntas no acaban ahí ¿Cómo lo hacemos?¿Abaratando nuestros costes laborales y fiscales para que haya más empleo, aunque sea de menor calidad?¿Cerrando nuestras fronteras al libre comercio para protegernos del dumping social?.Los europeos quieren futuro y no renunciar a sus conquistas sociales.Nuestro reto es hacer de Europa una economía del concocimiento, que nos devuelva al pleno empleo y que sostenga nuestros sistemas sociales de protección. Fuera de eso, todo es fracaso.

ABC, 1/05/2010

27 de marzo de 2010

La larga marcha europea: e pur si muove

Son tantas las dificultades del avance europeo y son tantas las críticas que se hacen a la parálisis y a la burocracia europea, que ha cuajado la opinión de que el proyecto de integración está bloqueado.

Pero el proyecto europeo avanza, a pesar de todo. Y avanza especialmente en tiempos de crisis, cuando las circunstancias aprietan y exigen respuestas inaplazables que fuerzan consensos mínimos. En su origen fue la necesidad de construir un pacto de paz sobre los rescoldos de las guerras. Más tarde la necesidad de la cooperación económica en materias básicas para la industria europea. Así vinieron después el mercado interior, la ciudadanía europea, la moneda común, el espacio de libertad y seguridad frente a la delincuencia supranacional, las sucesivas ampliaciones hasta los 27 actuales, Maastricht, Niza, Lisboa...

Hay una línea de progreso en la larga marcha europea, que no debemos olvidar. También ahora, cuando la crisis ataca nuestras economías con cifras de déficits enormes, un desempleo altísimo y hasta el propio Euro resulta vulnerable por los ataques de mercados financieros histéricos y/o especulativos, Europa está obligada a responder avanzando.

¿Qué es avanzar hoy? De la poderosa maquinaria europea están surgiendo, en estas últimas semanas, novedosas alternativas a los gravísimos problemas surgidos. No será fácil, pero acabaremos creando un Fondo de Rescate o de emergencia (FE) para ayudar a países de la Unión, cuya deuda pública cuestione la estabilidad monetaria común. De ahí llegaremos a la formación de un Fondo Monetario Europeo (FME) que, a semejanza del FMI, mantenga la ortodoxia financiera y presupuestaria de los países Euro. Ordenado ese espacio, surgirá después con fuerza la necesidad de un Tesoro común que permita la gestión europea de la Deuda Pública, con evidentes ventajas para el conjunto de los Estados-Miembros, obligados a pagar intereses y primas desproporcionados para una moneda común.

Junto a todo ello viene una nueva supervisión europea sobre riesgos sistémicos, bancos, seguros y fondos de pensiones y no quedarán fuera de la nueva regulación financiera las Agencias de calificación o rating, los llamados hedge funds o Fondos de Alto Riesgo y los tristemente famosos (credit default swaps), cuyo abusivo uso en la crisis griega ha provocado un clamor contra ellos, de todos los países europeos.
En definitiva se avanza hacia una gobernanza económica más coordinada y más común, como corolario lógico a una moneda común y a un espacio económico cada vez más unitario y armónico.

Estos son los temas de hoy para Europa y para el G-20 de junio. Son propuestas de las que nadie hablaba hace un año y que marcan el ritmo de avance de la Europa que, recordando a Galileo «e pur si muove».

ABC, 26/Marzo/2010

27 de febrero de 2010

La crisis monetaria llega a la Unión.

Tres acontecimientos merecen nuestra atención y nuestro análisis en esta «segunda entrega» de nuestra colaboración europea mensual. El primero es la aprobación de la nueva Comisión Europea. Populares, socialistas y liberales, dimos un muy mayoritario aprobado a la Comisión Barroso, en la que se incluyen la alta Representante para la Política Exterior, señora Ashton y 25 comisarios representando a los 27 países de la Unión con cinco Vicepresidentes, entre los que destaca Joaquín Almunia, con la muy importante cartera de «Competencia». Creo que la nueva Comisión, junto a la entrada en vigor del Tratado de Lisboa y la nueva arquitectura institucional creada por éste, representa una nueva andadura del proyecto europeo y una nueva oportunidad para seguir avanzando en él.
El Parlamento Europeo rechazó el acuerdo SWIFT. Se trata de un sistema informático que rastrea la información financiera de aquellos ciudadanos, organizaciones y entidades, que resultan sospechosas de financiación al terrorismo internacional. Debo confesar que los socialistas españoles trabajamos para que el Parlamento aplazara esta votación y mandatara a la Presidencia española a su renegociación con Estados Unidos en la línea de lo que demandaba la mayoría de la Cámara: mayor garantía de intimidad personal y mejor reciprocidad entre Estados Unidos y Europa. Pero la Cámara estaba irritada por la tramitación que había hecho la Presidencia sueca de este acuerdo y lo vetó. ¿Qué puede pasar ahora? Dos caminos son posibles. Si los Estados Unidos reaccionaran airadamente pueden despreciar a Europa y suscribir acuerdos de colaboración bilateral con los 27 países de la Unión. Sería un golpe mortal a las instituciones comunitarias. Para evitarlo, yo creo que la Presidencia española debe proponer a los Estados Unidos una renegociación rápida del acuerdo y enviar al Parlamento un nuevo acuerdo que sea aprobado en la línea de sus demandas. Porque, en mi opinión, el sistema de investigación SWIFT, es necesario y útil para la lucha contra el terrorismo internacional y nuestra colaboración con los Estados Unidos en esta materia, es imprescindible.
Por último, la crisis, cómo no. El Consejo extraordinario del 11 de febrero, convocado por Van Rompuy, fue importante, aunque quedan serias preocupaciones. Se trataba de responder a las dudas que mostraban los mercados financieros sobre Grecia y -en consecuencia- sobre el Euro. Salió un mensaje firme y unívoco sobre la respuesta europea al problema y se calmó la histeria. Pero se intuyen problemas. Primero, la UE no tiene un mecanismo de respuesta inmediata a estos problemas. Tardamos demasiado en tomar las decisiones. Segundo, se aprecian diferencias importantes entre Alemania y Francia en las respuestas a la política monetaria. Tercero, la solidaridad interna en la Unión es más retórica que real. Y cuarto, ¿Hasta cuándo seguiremos con una moneda única y 16 políticas económicas y fiscales distintas?

ABC, 27//02/2010

30 de enero de 2010

La Europa de hoy y su papel de liderazgo .

Hay una Europa ideal que ha tomado cuerpo de la historia de guerras que nos atraviesan. Es la Europa que describe George Steiner, no como «un lieu de la mémoire», sino, mucho más como «un lieu de l´avenir». Es la Europa de Habermas que reclama hoy, sesenta años después de su inicio, un verdadero proceso constituyente para construir una Europa Federal. Junto a ella, hay una Europa real, pragmática, contradictoria. Es La Europa unida de los veintisiete países que la conforman hoy, que, sin embargo, ha construido una historia de éxito. De éxito relativo, claro, porque siguen pesando lastres históricos, intereses nacionales, complejidades institucionales, incapacidades políticas y objetivos frustrados. Pero, construir «la unidad de la diversidad europea», no era ni es posible hacerla de otra manera y no hay ninguna otra experiencia ni histórica ni geográfica de articulación supranacional, que haya alcanzado tal magnitud. Por otra parte sí, es verdad, que ha habido mejores y peores momentos, más o menos liderazgo europeo, lentitud exasperante, errores tácticos o estratégicos, pero siempre hemos avanzado. La línea de tendencia de los sesenta años de construcción europea es, claramente, una línea de ascenso y de avance y la perspectiva histórica no puede considerarse más que en clave positiva.

La entrada en vigor del Tratado de Lisboa y la puesta en marcha del nuevo organigrama institucional surgido de él, responden a estas circunstancias que estamos describiendo. Y es en ese contexto en el que se ha iniciado la Presidencia española del Consejo Europeo, en un momento clave para la UE y para España. Primero, porque estamos saliendo de la peor crisis económica en décadas, y debemos hacerlo de forma coordinada y con un modelo de crecimiento nuevo y sostenible. Segundo, porque, con el Tratado de Lisboa en vigor, corresponde a España liderar su aplicación y desarrollo. Tercero, porque el Tratado debe servir también para marcar un punto de inflexión en el desarrollo de la Europa social y de la ciudadanía europea, dando a ésta verdadera voz en los asuntos de la Unión. Y cuarto, porque Europa tiene que reafirmar su papel de liderazgo en el orden internacional, para poder seguir siendo un paradigma de democracia, derechos humanos y progreso social en el mundo.

El presidente Zapatero compareció el pasado día 20 en el Pleno de Estrasburgo para exponer su programa. Quisiera destacar dos comentarios. Su discurso inicial fue impecable y rotundo. Durante treinta minutos explicó su programa con conocimiento y precisión. Sin mirar un papel y con notable coherencia, desarrolló un ambicioso programa, especialmente volcado en los temas energéticos, y en su apuesta por la innovación como base de competitividad para Europa. El segundo comentario se refiere al PP español. Su actitud fue también impecable. Sus comentarios e intervenciones fueron respetuosas y solidarias, consecuencia del pacto que hemos suscrito para apoyar la Presidencia española.


Colaboración Mensual para ABC durante la Presidencia Española UE.

5 de junio de 2009

No es lo mismo

No es lo mismo que tras las elecciones del próximo 7 de junio tengamos una mayoría socialista en Europa o no la tengamos. Por supuesto que no es lo mismo, nos jugamos no sólo nuestro presente sino también nuestro futuro mientras atravesamos una situación muy complicada por la crisis económica y financiera mundial

Todo lo que preocupa al mundo se resuelve con Europa o en Europa: la salida de la crisis, la reorganización del sistema financiero, la defensa de un modelo social, el propio modelo social europeo, la dignidad en el trabajo, la seguridad energética, la lucha contra el cambio climático ….Todo se decide en Europa o a través de Europa.

En este sentido, España está jugando un papel crucial en las políticas de la Unión Europea y lo está haciendo con una orientación clara: ampliar la protección de los más débiles. Por ejemplo, lo han hecho nuestros eurodiputados, en la pasada legislatura, cuando impidieron en el Parlamento europeo la ampliación a 65 horas de la jornada laboral, una iniciativa que comprometía una conquista social fruto de la lucha de los trabajadores Lo han hecho también al defender políticas de conciliación de la vida familiar y profesional, similares a las que impulsamos en España y que sirven de ejemplo para otros países.

Frente a esta oferta, tenemos un Partido Popular anclado en los principios conservadores que han regido el mundo hasta 2007, incapaz todavía de procesar las enormes transformaciones que están teniendo lugar en el mundo desde el estallido de la crisis financiera. Sin ideas para reordenar la economía mundial y mucho menos para defender el modelo social europeo.

Como no es lo mismo, hay que votar el próximo 7-J y hay que votar al PSOE


Los blogs de ABC.es 5/06/2009

4 de junio de 2009

El domingo hay partido.

La última encuesta del CIS sobre las elecciones al Parlamento Europeo revelaba algunos datos que considero interesantes. Así, el 73 por ciento de los consultados contestó que las decisiones que se adoptan en el seno de la Unión Europea y del Parlamento Europeo afectan a la vida de los españoles mucho o bastante.

También reflejaba el sondeo que más del 70 por ciento de los españoles está a favor de la UE, porcentaje que se repite para señalar a los que opinan que el Parlamento Europeo es importante dentro de la UE. Aparte de ello, se ha repetido estos días en diferentes foros y por representantes de distintos partidos que casi el 70 por ciento de las políticas nacionales están actualmente condicionadas por directivas europeas.

Y pese a estos datos, el índice de participación en las últimas elecciones europeas fue del 45 por ciento. La importancia para España tanto de la UE como del Parlamento Europeo, que comparten una gran mayoría de españoles, no debe traducirse en un porcentaje tan pobre de participación.

Propiciar una política común europea de izquierdas en materia económica, de inmigración o social, es un excelente motivo para votar. Abstenerse en esta ocasión supone, en la práctica, favorecer la estrategia del Partido Popular, que se ha empeñado en embarrar el terreno de juego para que el público piense que se ha suspendido el partido y no acuda al campo. Pero el partido se juega el próximo domingo y son su voto lo podemos ganar.

Los blogs de ABC.es 4/06/2009

2 de junio de 2009

En la buena dirección

Los datos así lo demuestran: el paro ha disminuido este mes de mayo en más de 24.000personas y la afiliación a la Seguridad Social ha aumentado en cerca de 70.000 personas, con respecto a abril. Puede afirmar con seguridad que con estas cifras vamos en la buena dirección para salir de la crisis y crear empleo.

Los datos así lo demuestran: las medidas puestas en marcha por el gobierno son las adecuadas y empiezan a dar resultados “cuantificables y medibles” en términos absolutos y por lo tanto incontestables. No son resultado de la casualidad, sino que responden a una estrategia diseñada por Zapatero, como es el Plan E, que han sido tan criticado por el PP de manera injustificada como ahora se demuestra.

Los datos así lo avalan: es la mayor bajada del paro que se produce en 3 años y rompe la tónica de aumento de los últimos 14 meses. La cifra de la Seguridad Social supone recuperar los afiliados que se había perdido en los 2 últimos meses. No es momento para el triunfalismo porque la coyuntura mundial sigue siendo complicada pero si es momento para reconocer que tenemos un gobierno eficaz en la lucha contra la crisis.

Sólo nos queda por saber si el PP va a estar a la altura de las circunstancias, va a ser capaz de reconocer el acierto de las políticas del Gobierno y se va alegrar porque estén menos españoles en paro. Si la situación está empezando a cambiar se debe a los esfuerzos del gobierno, de los trabajadores, de los empresarios, de los ayuntamientos, de las comunidades autónomas ….. ahora solo faltan los esfuerzos del PP.

Los blogs de ABC.es 2/06/2009

1 de junio de 2009

Europa fuerte y unida

Se reprocha a la Unión Europea que avanza lentamente. Lo raro sería que una comunidad de 27 países, con 21 idiomas propios, construida sobre un pasado de conflictos y guerras entre sí, avanzara a gran velocidad. El riesgo de colisión o colapso sería permanente. Lo que nos corresponde ahora es elegir la mayoría política del próximo Parlamento Europeo, desde donde reclamar una Europa fuerte política y económicamente. Seguirá habiendo obstáculos en ese camino, pero hay que evitar los retrocesos.

Durante los gobiernos del PP, España se desenganchó voluntariamente de los países que formaban el núcleo de empuje de la Unión Europea, y prefirió aliarse con los países euroescépticos (los que rechazan o recelan de los proyectos políticos de la Unión Europea, según el diccionario de la Academia) y apoyar sin fisuras las iniciativas de Bush. El apoyo de España a la guerra de Irak fue una patada al corazón de la unidad europea.

El primer semestre de 2010, España ocupará la Presidencia de la Unión Europea. En un momento de grave crisis económica que exige coordinación entre los países, presidir la UE es especialmente importante, y desde el Parlamento Europeo tendremos también la oportunidad de aportar ideas y arrimar el hombro.

Los socialistas españoles nos hemos destacado siempre por la creencia en una Europa fuerte y unida. Queremos más Europa, como ya les he dicho varias veces en este blog. Los asuntos que se debaten actualmente en la UE no son temas menores que puedan dejarse en manos de los demás. Sigo invitándoles a que voten el próximo 7 de junio. Y sigo persuadido de que lo harán al PSOE si creen en Europa y quieren más Europa.


Los Blogs de ABC.es 1/06/2009

30 de mayo de 2009

El miedo de Rajoy

Rajoy acusa al PSOE de incitar el voto del miedo al PP en estas elecciones europeas. Es significativo que empiece a ver estos fantasmas quien, hace ya una semana, adelantó la victoria de su partido y el margen exacto de la misma. Parece que está perdiendo confianza y a lo mejor empieza a ser él mismo el que tiene miedo, pero de los resultados La única distorsión de estos comicios la está haciendo el PP queriendo convencer a los ciudadanos de que sirven para dar un voto de castigo al Gobierno español. Sólo buscan ganar para, al día siguiente, comenzar con la cantinela del “váyase, señor Zapatero”. Lo de Europa les importa, por decirlo elegantemente, muy poco.

Por el contrario, los socialistas estamos haciendo una campaña en positivo, subrayando la importancia objetiva de la Unión Europea, y reclamando apoyo para una mayoría europeísta y de izquierdas en la Eurocámara, que profundice en la fortaleza política y económica de la UE. Ni más ni menos.

Claro que nos preocupa la situación económica. Pero no queremos engañar a la gente ni tenemos la megalomanía de ciertos líderes del PP que aseguran que con ellos no hubiese habido crisis o que tienen la fórmula mágica para hacerla desaparecer. Simplemente mienten.

Desde el Gobierno español lanzamos a los desempleados el mensaje claro de que aseguraremos la protección social y que no les abandonaremos a su suerte. Mientras, con modestia pero con firmeza, se están inyectando fondos públicos para reactivar la economía y reflotar el empleo. La crisis es de una enorme dureza, pero creemos que los resultados irán apareciendo. No nos asusta hablar del desempleo, pero no con la simpleza y las mentiras del PP.

Los blogs de ABC.es 30/05/09

28 de mayo de 2009

El tirón psicológico.

España ha protagonizado la transformación más exitosa como país individual dentro de la Unión Europea. Somos el Estado más beneficiado por las ayudas europeas, con 118.000 millones de euros en fondos de cohesión y estructurales entre 1986 y 2006, equivalente al 0,8 por ciento del PIB de la UE y a más de 10 puntos del PIB español. Pasamos de una renta per cápita del 68 por ciento en 1986, al 86 por ciento comparada con la Europa de los 15, y del 105 por ciento en relación a la UE de los 27.

Pero Europa no sólo fueron ayudas, obtenidas gracias a aquel al que el PP llamó “pedigüeño”, es decir, F. González, sino que proporcionó a nuestro país un gran espacio económico que nos benefició y reforzó nuestro dinamismo; y además nos dio un sentido de pertenencia a un espacio político-institucional y cultural.

En definitiva, Europa nos abrió al mundo: nos hizo cambiar de mentalidad, ideas, hábitos, métodos de gestión empresarial, aprendizaje tecnológico, intercambios académicos (170.000 estudiantes españoles en universidades extranjeras a través de Erasmus). Entre otros factores, que permiten concluir que EUROPA nos dio un empujón material, pero sobre todo un tirón psicológico.

Por eso, ahora queremos dar un empujón a EUROPA. Y el planteamiento de la izquierda, del PSOE, en relación a Europa, se distingue como el día y la noche del de la derecha. Nosotros queremos la elección directa del presidente, más poder político del Parlamento, más gobierno económico, más presupuesto, más política común de defensa y exterior, coordinación en materia de inmigración unida a pedagogía política contra la xenofobia y el racismo. Participe democráticamente en las elecciones, vote y compruébelo.


Los blogs de ABC.es 28/05/09

¿Vivir sin la UE?

Me imagino el desmontaje de la Unión Europea. Que cada país volviera a su moneda nacional, que se cerrara el Parlamento Europeo, que se reforzara el nacionalismo de cada país y se disparara la xenofobia. Es imposible. Ese ‘sálvese quién pueda’, esa insolidaridad y ese proteccionismo, serían tan nefastos como irracionales y contraproducentes.

La unión hace la fuerza. De la crisis económica no se sale alejándonos de Europa, sino cohesionando aún más la UE y coordinando las medidas para afrontar la recesión. Sin un poder central federal con peso económico y político, Europa estará coja, débil y dividida. Y en ese escenario el papel de control de la Eurocámara cobra aún mayor relevancia.

Tenemos un Banco Central, una moneda única y una política monetaria. ¿Pero tenemos una política económica? No es posible tenerla sin un gobierno europeo con peso económico. Es decir, que maneje un presupuesto europeo digno de tal nombre (el actual presupuesto no llega al 1,25% del PIB), que coordine las políticas económicas de los gobiernos nacionales, que armonice la política fiscal de los países miembros, que elimine los paraísos fiscales, etc. etc.

Algunos dicen que las ideologías ya desaparecieron. Que no hay diferencias entre Derecha e Izquierda. Yo les digo que la Derecha no quiere más Europa porque no quiere más Estado. Porque no quiere combatir el fraude discal y los paraísos fiscales. Porque no quiere gobiernos fuertes con capacidad económica para intervenir en la economía. Porque no quieren leyes que regulen al mercado. Los socialistas creemos en lo público, en la política, en el Estado porque no queremos que el mercado, las empresas, el negocio, organicen y configuren la sociedad. Creemos en el mercado como marco de la economía, pero reivindicamos la política y el Estado como base de la convivencia y de la organización social.

Los Blogs de ABC.es 26/05/2009

25 de mayo de 2009

Votar para decidir

”Si no vota, no se queje”. Es una de las razones que utiliza la página digital del Parlamento Europeo para animar a los españoles a votar el próximo 7 de junio. La Eurocámara es la única institución de ámbito europeo que elijen por sufragio universal directo los casi 500 millones de ciudadanos que viven en los 27 países de la Unión Europea.

“Si no vota, no se queje”. Es un eslogan un poco crudo, pero muy real. Conviene recordar que fue el Parlamento Europeo, con el voto socialista junto al de otros grupos, el que evitó que saliera adelante la propuesta de las 65 horas de trabajo semanales. Por poner un ejemplo. Una iniciativa que suponía un retroceso evidente en los derechos sociales conseguidos durante décadas por los trabajadores europeos. Si uno no vota, se desentiende de lo que una institución como el Parlamento Europeo haga o no haga en esa tarea de control político.

Cada vez más, nuestros derechos se deciden en Europa, y una respuesta coordinada desde Europa a la crisis económica tendrá más eficacia que la aplicación aislada de las 27 soluciones nacionales que se le ocurran a cada país miembro. No creo que votar el 7 de junio sea una molestia, sino una forma de participar en el futuro de Europa, que nos afecta a todos directamente.

Hace sólo unos meses, los vascos votamos y cambiamos el gobierno de Euskadi. Un poco antes, los americanos votaron y eligieron a OBAMA. Con OBAMA empezó a cambiar el mundo. Votar el 7 de junio es decidir el rumbo político y económico de Europa y por tanto el de España. Nada nos impide hacerlo. Usted decide: “Si no vota, no se queje”.

Los Blogs de ABC.es 25/05/09

24 de mayo de 2009

Dos fotos para la historia

La moda actual de euroescepticismo parece más bien una pose que una posición argumentada y sólida. Se puede ser todo lo crítico que se quiera con las instituciones europeas, pero es incontestable que la integración en la UE ha sido un motor fundamental del proceso de modernización de la economía española, hoy situada entre las ocho mejores del mundo

La derecha no cree en Europa. El Partido Popular y sus actores principales en esta campaña, que están siendo Mayor Oreja y su ex jefe Aznar, contribuyeron a alimentar el euroescepticismo. En vez de apostar por la construcción de una Europa fuerte, se lanzaron en brazos de quién ya sabemos.

Dos fotos reflejan bien nuestro papel en Europa. En la primera, el entonces Presidente Felipe González firma el acta de adhesión de España a la Unión Europea. Era 1986 y con ella se inició un periodo de europeismo en España, que bien reflejan los fondos de cohesión, de ayuda de Europa a España y el liderazgo europeo de Felipe González. La otra es de 2002: Aznar en Azores dando una patada al corazón europeo que se negaba a secundar a Bush en su guerra contar Irak

Los socialistas somos europeístas convencidos, entre otros muchos motivos por razones de eficacia. Es hora de una Europa económica y políticamente fuerte, que coordine la salida de la crisis. Nuestros derechos, nuestros intereses, nuestros problemas, se discuten y resuelven desde hace años en Europa, digan lo que digan los euroescépticos o los agoreros de distintos pelajes.

Los Blogs de ABC.es 23/05/09