26 de noviembre de 2020

Liderazgos sostenibles en tiempos de cambio.

¿Por qué será que en el siglo en el que más se ha escrito y enseñado sobre el liderazgo, tengamos tan pocos líderes, (buenos)? Las librerías de aeropuerto, llenan sus estanterías de manuales del éxito que concentran sus consejos en el liderazgo. Es normal. Las habilidades necesarias para gestionar equipos, para emprender iniciativas, para resolver problemas y crisis, para aunar voluntades, convencer a propios y extraños, enfrentarse a enemigos y fuerzas antagónicas (y vencerlas), obtener lo mejor de la gente que te acompaña y conseguir victorias en tiempos o en situaciones difíciles, solo se producen con liderazgos fuertes, auténticos, probados.

Hay una expresión mexicana que refleja bien lo contrario al liderazgo: “nadar muertito”. Dejarse llevar por la ola, diríamos nosotros, hacer la plancha extendiendo los brazos y mecerse mansamente por la suavidad de un mar en calma. Pero, claro, el mar está siempre movido por el viento y las tormentas (últimamente perfectas) no permiten esos placeres.

Vivimos tiempos difíciles. La competencia es salvaje, el mercado es planetario, la velocidad de todo es endiablada, los cambios tecnológicos y sociales son profundos y los paradigmas sobre los que habíamos construido nuestros modelos de vivir y trabajar han desaparecido. Por eso, la primera condición del liderazgo es saber, conocer el mundo que vivimos y circular en él, siendo protagonista de esos cambios, no espectador. Saber que estamos en un cambio de época, no en una época de cambios y que la COVID quizás represente el punto de inflexión y el verdadero comienzo del nuevo siglo.

Liderazgo es también la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de la gente. Ser consciente de lo que acontece en la vida de los demás

L
iderazgo es también la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de la gente. Ser consciente de lo que acontece en la vida de los demás. Muchas de las grandes causas humanas, las que han caracterizado la civilización contemporánea, responden a sentimientos humanos profundos e irreversibles: la libertad, la justicia, la dignidad, la igualdad, los derechos humanos, etc.. Esos sentimientos siguen vivos en el corazón de las gentes. Todos aspiramos a ello, sufrimos su ausencia, lo que exige al líder la gestión de los sentimientos de quiénes le acompañan y la búsqueda constante de su conquista.

Liderazgo es decidir. Saber que la cadena de teléfonos y la jerarquía de consultas, acaban en tu despacho. No hay más llamadas, no hay más personas ni reuniones, a las que consultar. Toca decidir y elegir entre soluciones imperfectas, llenas de contradicciones y riesgos. Decidir es calcular, prever escenarios. Ser capaz de intuir cuál será el desenlace de tus medidas, cuáles serán las reacciones de sus destinatarios y cómo lograrás tus propósitos a su pesar.

Liderazgo es convencer. Hacer que tus colaboradores vivan el proyecto, comprendan el camino, entiendan y compartan el destino. Tener la capacidad de transformar una idea en realidad. Se necesita una base común sobre la que construir juntos. El líder orienta, propone, sugiere y construye sobre la base de un convencimiento común, de unas razones compartidas. Liderazgo es convencer a tu entorno (pequeño o grande) de la racionalidad de tus propuestas, de la necesidad de hacer lo que propones, aunque sea costoso, aunque sea difícil, aunque no resulte lo más popular. Por eso el liderazgo es lo contrario al populismo, aunque muchos lo confunden. Los líderes populistas no son líderes, son populistas.

Liderazgo es responsabilidad. Pensar más en el propósito de la empresa que en los beneficios, en el bien común de los stakeholders que en el interés crematístico de los accionistas

Liderazgo es ejemplaridad. Nadie puede sostener su jerarquía y su capacidad de mando, sin la credibilidad de su ejemplo, es honestidad con los demás y con uno mismo. Liderazgo es compromiso, búsqueda del acuerdo y construcción consensuada con los otros de los objetivos comunes. Es tener una concepción dialogada del futuro, del multilateralismo que debe regir el mundo. De la paz, como única manera de vivir, de los grandes compromisos para abordar una agenda internacional cada vez más amplia y trascendente en la totalidad de la vida y en la inmensidad del planeta.

Liderazgo es responsabilidad. Pensar más en el propósito de la empresa que en los beneficios, en el bien común de los stakeholders que en el interés crematístico de los accionistas. Responsabilidad es pensar en los otros, superar el sectarismo y contemplarse inmerso en el interés general y no en el interés del partido.

Hablamos de liderazgo en tiempos de la pandemia. Merkel ha liderado a su país en esta catástrofe en un país compuesto (federal) por comunidades (Länder). Los Estados Unidos han perdido el liderazgo internacional al renunciar a sus compromisos con sus aliados. Macron y Merkel han liderado en Europa un plan inédito, extraordinario, de recuperación en la crisis. América Latina no tiene líderes para enfrentar las gravísimas consecuencias socioeconómicas de la pandemia.

Hay demasiados consejos en los libros de autoayuda que no forjan liderazgos. Son jugadores de tiempos cortos, de un mundo pequeño, de espacios mezquinos, egoístas. Hoy, después de la COVID, el mundo es distinto. La gente quiere líderes que construyan y pacten, no que destruyan riñendo. Todos reclaman mejores servicios públicos y eso exigirá solidaridad. Hay que salir de la crisis y eso reclama esfuerzos fiscales colectivos. Hay que aprovechar las ayudas europeas y para eso hace falta que comunidades, empresas, universidades, engrasen su relación con el Estado de manera eficiente. Necesitamos un grado superior de responsabilidad. Todos, en todos los ámbitos de la vida. Responsabilidad individual y colectiva.

Necesitamos ser ese país que fuimos (La “Alemania del Sur” nos llamaron) para ganar el reto del futuro. Necesitamos liderazgos personales, en todos los estamentos, públicos y privados. Liderazgos sólidos, ejemplares, responsables, comprometidos. Liderazgos sostenibles. También eso.

Publicado en revista UNO Noviembre 2020

21 de noviembre de 2020

Participación y pactos



Podemos busca una alianza estratégica con Bildu y ERC, que devalúa el entendimiento de los socialistas vascos con el PNV y veta a Ciudadanos.

Gritad, gritad, que mientras gritáis, no matáis», decía Ernest Lluch a quienes intentaban boicotear un acto público del PSE en el corazón de la Parte Vieja donostiarra. No creo incurrir en ningún oportunismo sectario si especulo con el pensamiento de Ernest respecto a la polémica sobre el juego político de Bildu en la actualidad.

Su ingenioso y valiente estímulo a que quienes mataban, o apoyaban que otros lo hicieran, siguieran gritando permite una interpretación especulativa sobre su apoyo a la participación política de los herederos políticos de ETA en las instituciones democráticas. Es más, quienes le conocimos y disfrutamos de su amistad sabemos bien que la famosa ecuación ‘política o violencia’, que con su capacidad sintética habitual Alfredo Pérez Rubalcaba tradujo por «Votos o bombas», estaba en el eje de sus pensamientos. En el 20º aniversario de su asesinato, nuestro recuerdo de aquel amigo sabio y catalán singular nos permite reivindicarle como el socialista dialogante y generoso que fue.

La democracia siempre planteó ese dilema a quienes equivocadamente decidieron continuar su violencia cuando se inicio la reconstrucción democrática en España y el autogobierno en Euskadi. A pesar de nuestros esfuerzos, en aquellos años, por convencerles de que la Constitución suponía una verdadera ruptura con el régimen franquista, de que la democracia no estaba tutelada por los poderes fácticos y de que el autogobierno del Estatuto de Gernika no era de cartón-piedra y permitiría una plena recuperación de la identidad vasca, ellos decidieron intensificar su lucha y matar de manera masiva y cruel.

Pero la mano abierta de la política siempre estuvo tendida como contrapartida al abandono de la violencia. El Pacto de Ajuria Enea, por ejemplo, contenía esa promesa como núcleo fundamental de nuestra oferta. Por cierto, acompañada de la reinserción de sus presos y el compromiso de la profundización autonómica-democrática, como trasfondo político. Incluso en el Pacto Antiterrorista de 2000 se reiteraba esta idea, aunque esta vez acompañada de la exclusión legal de su entorno político si la violencia continuaba .

Pues bien, esta es la esencia del final de ETA y la coherencia democrática de nuestro sistema político. Abandonaron la violencia y participan en política, reciben el voto de una parte de la ciudadanía y la representan en las instituciones. La más grave confusión la producen quienes otorgan a ETA una victoria por su continuidad política, devaluando la extraordinaria victoria de la democracia sobre la violencia, despreciando la Paz que disfrutamos desde hace casi diez años y olvidando que disolvieron su banda hace más de dos años.

Participan, además, porque nuestra Constitución no es militante sino tolerante. A diferencia de Alemania, que construyó su marco democrático con el recuerdo de su responsabilidad en la guerra y excluyó a los partidos fascistas, antisemitas, etcétera, la nuestra se configuró sobre una cultura de tolerancia y aceptación de todas las expresiones políticas, incluidas aquellas que pretendían su destrucción.

Pero otra cosa es incorporarlos a la dirección del Gobierno o compartir con ellos objetivos estratégicos, mediante pactos políticos. Quiero creer que en los pactos presupuestarios con Bildu, el PSOE no asume ninguno de esos propósitos. El problema es que Podemos sí los asume y pretende además articular con Bildu y ERC una mayoría estratégica de largo plazo, para realizar una «transformación histórica de España». El problema es también que esa alianza se hace devaluando el entendimiento de los socialistas vascos con el PNV y vetando la incorporación de Ciudadanos a la mayoría de apoyo al Gobierno. Esa es la perspectiva estratégica que algunos rechazamos, unida a las exigencias de un suelo ético que el propio Parlamento Vasco ha definido como condición de plenitud de juego político .

Tenemos todo el derecho a decir que no compartimos nada con quienes dicen que van a Madrid «a destruir el régimen» (se supone que el de nuestra Constitución). No queremos traspasar los límites de un modelo autonómico-federal para introducirnos en la autodeterminación o en el confederalismo. No creemos conveniente el cuestionamiento de la forma de Estado. Nos preocupa la crisis macroeconómica y social de España después del Covid y creemos que los esfuerzos y sacrificios que vienen necesitan de consensos amplios, no de frentes sectarios.

Ya sabemos que nuestro tiempo pasó. Pero, ¿podemos decir lo que nos inquieta?

Ilustración: Josemari Alemán Amundarain

Publicado en El Correo y El Diario Vasco. 21/11/2020


18 de noviembre de 2020

La Unión Europea y el Mercosur como socios estratégicos comerciales. Acuerdo UE-Mercosur.


Seminario organizado por La Fundación Euroamérica y la Casa da América Latina de Lisboa. 
El pasado 28 de junio la Unión Europea y los Estados miembros que conforman el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) firmaron un acuerdo político para llegar a un ambicioso, equilibrado y completo acuerdo comercial, beneficioso para ambas partes. 
La firma de este gran acuerdo, después de veinte años de negociaciones, supone una clara apuesta por el libre comercio basado en reglas estables y predecibles, frente a la proliferación de los proteccionismos en otras partes del mundo, así como una gran oportunidad de crecimiento económico y del empleo para las dos partes firmantes.


15 de noviembre de 2020

Entrevista para Nius. 15/11/2020

 El ex ministro y ex vice lehendakari socialista cuestiona el respaldo de Bildu a los Presupuestos: "Si es buscado y negociado no es bueno, porque era innecesario y políticamente es inconveniente"

Entiende que es normal la división entre socialistas, "si el pacto existe", y lamenta las facilidades dadas a la derecha: "Se lo hemos puesto en bandeja"

Hay personas que dejan la política, pero la política no les deja a ellas. Ramón Jáuregui (San Sebastián, 1948) pertenece a ese club. Y ahora que Bildu acaba de dar un paso inédito, apoyar los Presupuestos Generales del Estado, lo que no había hecho nunca, se atreve a pronunciarse rotundo: “No nos beneficia en absoluto”, dice sobre la factura que le puede pasar al PSOE.

Habla con perspectiva, desde la distancia. Y con la autoridad que le pueda dar haber sido vicelehendakari (fue también ministro, diputado, europarlamentario…) en los años en los que ETA estaba activa y mataba. Entiende la división entre los socialistas que puede provocar un pacto, “si tal pacto existe”, con gente que todavía tiene “un recorrido ético sin hacer”. El escándalo que ha montado la derecha no le pilla de nuevas, lo que lamenta es que lo haya tenido tan fácil: “Se lo hemos puesto en bandeja". Jáuregui, que intuye la mano de Pablo Iglesias en la operación Bildu, cree que el PSOE debe liderar desde la centralidad. “La mayoría de la investidura no es ni adecuada ni suficiente para gestionar la crisis institucional y socioeconómica de España”, sentencia en su contestación a diez preguntas clave sobre la última sacudida política. 

Pregunta: EH Bildu anuncia su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado. Por primera vez en la historia ¿Es una buena o mala noticia?

Respuesta: Si es un apoyo sin negociación previa, es inevitable porque se trata de una decisión autónoma de Bildu. Si es un apoyo buscado y negociado, no es bueno, porque era innecesario y políticamente es inconveniente.

P.: ¿Entiende que al PSOE le puede pasar factura?

R.: La mayoría de la opinión pública española no lo acepta y es bien fácil entenderlo. No nos beneficia en absoluto.

P.: ¿Qué opina del escándalo que le ha provocado a la derecha?

R.: La derecha siempre ha utilizado estos temas en su beneficio. Pero, en esta ocasión se lo hemos puesto en bandeja.

P.: Varios barones socialistas han mostrado cierto malestar, algunos con expresiones contundentes. ¿Estarían mejor callados?

R.: Tienen derecho a expresarse y tiene el deber de hacerlo ante sus respectivos electorados. El partido es plural y el debate interno es necesario y no puede ser ocultado. Por cierto, brilla por su ausencia.

P.: El caso es que parece que el PSOE no acaba de tener una sensibilidad única con respecto al tema vasco ¿Es lo lógico? ¿Tiene que ser así?

R.: El PSOE ha estado siempre unido en el tema vasco. Los socialistas vascos hemos recibido su solidaridad y afecto durante décadas, sin fisura alguna. Pero nunca habíamos dado el paso de pactar con Bildu. Eso es lo que genera división y es lógico que así sea, si tal pacto existe.

"La ecuación era: Haced política, no matéis. Otra cosa es pactar con quienes tienen todavía un recorrido ético sin hacer"

P.: Idoia Media recuperó una frase de Alfredo Pérez Rubalcaba: “O votos o bombas”. ¿No era esto lo que se perseguía, la incorporación de los radicales a la “normalidad” política?

R.: Por supuesto, la participación política de Bildu es buena. Esa era la ecuación: “Haced política, no matéis”. Otra cosa es pactar con quienes tienen todavía un recorrido ético sin hacer y con quienes anuncian que el móvil de su acción política en Madrid es “tumbar el régimen”.

P.: Un problema para Sánchez, la hemeroteca.

R.: La hemeroteca es un problema para todos. Las declaraciones son fruto de momentos, pero la coherencia política es una virtud imprescindible para el liderazgo.

¨El suelo ético del final requiere el reconocimiento del mal causado y la responsabilidad por la decisión de matar.¨

P.: Da la sensación, también, de que Iglesias ha forzado la máquina para expulsar a Ciudadanos de la negociación de las cuentas y forzar el rumbo del Gobierno. ¿Lo ve así?

R.: Aquí está la clave. La mayoría de la investidura no es ni adecuada ni suficiente para gestionar la crisis institucional y socioeconómica de España. Mucho menos para gestionar la España post-COVID. El PSOE debe liderar el rumbo del gobierno y debe hacerlo en los términos de nuestro proyecto histórico para España gobernando desde la centralidad y para todos los españoles, evitando el frentismo y buscando ampliar los consensos. Los vetos y la polarización son inadmisibles y quedan para ERC y Podemos. No para nosotros.

P.: Entiende que aparentes maniobras como ésta, si ha sido así, ¿pueden deteriorar o poner en riesgo la coalición?

R.: No creo que haya ruptura a corto plazo.

P.: La serie Patria, que acaba de estrenarse con éxito, termina con un abrazo de compromiso y cada uno por su lado. ¿Puede ser ese el final de todo esto?

R.: Patria es una magnífica novela y la serie es espléndida. Como dijo Rubalcaba: “Así fue“. El final es solo un final de película, pero refleja la mezcla de generosidad y olvido en el que se ha sumergido gran parte de la sociedad vasca, diez años después del final del terrorismo. Pero el suelo ético del final, requiere el reconocimiento del mal causado y la responsabilidad por la decisión de matar y un relato de la verdad, construido sobre la memoria de las víctimas.


Entrevista para Diario NIUS, 15/11/2020


12 de noviembre de 2020

Fórum Desafío: Transición ecológica y emergencia climática.




Video de la segunda jornada del Fórum Desafío: Transición Ecológica y Emergencia Climática organizado por el PSPV-PSOE en Alicante.

Bajo el título de Un continente proactivo: soluciones desde Europa a la Transición Ecológica, intervinieron -moderados por Pedro Boj. Profesor del Departamento de Óptica, Farmacología y Anatomía de la Universidad de Alicante:

- Ramón Jáuregui, Presidente de la Delegación Socialista Española en el Parlamento Europeo entre 2016 y 2018, Ministro de la Presidencia del Gobierno de España entre 2010 y 2011 y Presidente en la actualidad de la Fundación EuroAmerica.

- Domènec Ruiz, Diputado del Parlamento Europeo por el PSOE desde 2019

- Inmaculada Rodríguez-Piñero; Diputada del Parlamento Europeo por el PSOE desde el 2014. 

- Enrique Barón, Presidente de la Unión de Europeístas y Federalistas de España desde 2018, Presidente del Parlamento Europeo entre 2004 y 2009, y Ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones del Gobierno de España desde1982 a 1985.

Video: PSPV-PSOE