Me imagino el desmontaje de la Unión Europea. Que cada país volviera a su moneda nacional, que se cerrara el Parlamento Europeo, que se reforzara el nacionalismo de cada país y se disparara la xenofobia. Es imposible. Ese ‘sálvese quién pueda’, esa insolidaridad y ese proteccionismo, serían tan nefastos como irracionales y contraproducentes.
La unión hace la fuerza. De la crisis económica no se sale alejándonos de Europa, sino cohesionando aún más la UE y coordinando las medidas para afrontar la recesión. Sin un poder central federal con peso económico y político, Europa estará coja, débil y dividida. Y en ese escenario el papel de control de la Eurocámara cobra aún mayor relevancia.
Tenemos un Banco Central, una moneda única y una política monetaria. ¿Pero tenemos una política económica? No es posible tenerla sin un gobierno europeo con peso económico. Es decir, que maneje un presupuesto europeo digno de tal nombre (el actual presupuesto no llega al 1,25% del PIB), que coordine las políticas económicas de los gobiernos nacionales, que armonice la política fiscal de los países miembros, que elimine los paraísos fiscales, etc. etc.
Algunos dicen que las ideologías ya desaparecieron. Que no hay diferencias entre Derecha e Izquierda. Yo les digo que la Derecha no quiere más Europa porque no quiere más Estado. Porque no quiere combatir el fraude discal y los paraísos fiscales. Porque no quiere gobiernos fuertes con capacidad económica para intervenir en la economía. Porque no quieren leyes que regulen al mercado. Los socialistas creemos en lo público, en la política, en el Estado porque no queremos que el mercado, las empresas, el negocio, organicen y configuren la sociedad. Creemos en el mercado como marco de la economía, pero reivindicamos la política y el Estado como base de la convivencia y de la organización social.
Los Blogs de ABC.es 26/05/2009