Asunto: Tasa sobre las transacciones financieras internacionales.
Han sido muchos los responsables políticos y líderes académicos internacionales que han declarado estar a favor de aplicar una tasa sobre las transacciones financieras internacionales (FTT, en sus siglas en inglés). Muy brevemente, tres son los argumentos principales que se exponen en su favor: 1) el sector financiero debe contribuir a paliar los grandes costes de la crisis; 2) en un contexto de enormes déficits públicos y crecimiento negativo en muchos países, se deben encontrar formas alternativas de financiación; 3) la crisis financiera ha propiciado las condiciones políticas para que una tasa de este tipo sea viable.
De entre las iniciativas existentes predomina la de la aplicación de un impuesto de un tipo muy bajo (por ejemplo, del 0,05 %), con un contenido más amplio que el de la tasa Tobin, que cubriría todas las transacciones financieras internacionales (incluyendo mercados de derivados, etc.), en el marco de sus jurisdicciones. Sobre esta línea, el G-20 ha encargado a John Lipsky, director del FMI, la elaboración de un estudio que se hará público en abril. En este marco, diversos miembros de la Comisión (entre los que se encuentra Joaquín Almunia, nuevo Comisario responsable de la política de competencia) han declarado públicamente su interés en una tasa de este tipo. Sin embargo, la Comisión no ha anunciado ningún estudio específico sobre el asunto.
¿Está la Comisión realizando un estudio específico sobre la posible aplicación de una FTT? En caso afirmativo, ¿cuáles serían las características específicas de la tasa?, ¿de qué tipo y sobre qué base impositiva se aplicaría? La idea original de Tobin era sólo aplicable a los mercados de divisas; ¿sobre qué tipo de transacciones financieras cree la Comisión que debería aplicarse? ¿Estaría la Comisión dispuesta a aplicar una FTT a nivel de la Unión Europea? En caso de que así fuera, ¿qué órgano sería el encargado de su administración? La tasa podría reportar unos vastos beneficios potenciales. ¿Para qué usos (déficits presupuestarios, cambio climático, desarrollo...) cree la Comisión que deberían utilizarse prioritariamente esos fondos? ¿Cree la Comisión que una tasa de este tipo podría tener efectos negativos sobre la liquidez en los mercados financieros y, en último término, sobre el crédito, especialmente necesario para la economía en estos momentos? En caso de que la Comisión no estuviera explorando la aplicación de una FTT, ¿qué otras formas de financiación alternativa está considerando?