16 de abril de 2013

La singularidad canaria debe estar en una reforma de la Constitución.


 El diputado y portavoz socialista de Constitucional Ramón Jáuregui está de visita en Canarias, donde dará una conferencia en la escuela de invierno del PSOE.

–¿Cuáles son las líneas maestras de la Conferencia Política del PSOE en octubre?


–El PSOE plantea una agenda reformista para España que va a dar respuesta a los tres grandes problemas del país que colocan al país en una de las encrucijadas más difíciles de su etapa democrática: una crisis económica; una crisis política y otra territorial desde que una parte del nacionalismo catalán abordó la independencia de Cataluña. Planteamos una respuesta federal que implicará la reforma de la Constitución.

–¿Qué aspectos de la Carta Magna se quieren cambiar?

–En esencial el título octavo. La reforma federal del título autonómico nos parece obligada y hay que tocar la Constitución para, entre otras cosas, cambiar el Senado. Proponemos que desaparezca y construir una cámara de representación de los gobiernos autonómicos, con 80 o 90 personas de los gobiernos autonómicos. En la misma insertaríamos todos los órganos de cooperación federal: Conferencia de Presidentes, comisiones sectoriales y el Consejo de Política Fiscal y Financiera.


–¿El federalismo es la única salida al conflicto catalán?

–Sí. En la reforma constitucional incluimos un capítulo a las singularidades, sin que dé pie a ventajas o discriminaciones. España no puede hacerse como si todos fuéramos iguales. Un principio de realismo político en el enfoque territorial es la aceptación de la singularidad, como el caso de Canarias.


–¿Aboga entonces por incluir el hecho diferencial de las Islas?

–Lo comparto plenamente. Tenemos que volver a hacer un marco en el que quepamos todos. El proyecto de 1978 que reconocía la diversidad en España respetando su unidad tiene que reformularse en el fondo porque hay problemas. Llegan unos años de política con mayúsculas, de reformular nuestro marco de convivencia. El cambio de enfoque es fundamental porque la política española está en un callejón sin salida. Hay muy poca política y poco liderazgo.


–¿Qué papel ocupa la Corona?
–Cuestionar la forma de Estado en estos momentos es desestabilizador y equivocado. Las razones que dieron lugar al pacto constitucional siguen vigentes. La alteración de la forma de Estado es una voladura del marco jurídico-político. Queremos una Monarquía más transparente, moderna y siempre ejemplar, pero no la cuestionamos.


–¿Debe el Rey abdicar en favor del Príncipe Felipe?

–Como toda decisión política tiene ventajas e inconvenientes. Solo le corresponde a él tomarla. No veo las ventajas de que le demos ningún tipo de consejo.


–¿La infanta Cristina debe dejar sus derechos sucesorios?

–Prefiero que esperemos. Mientras no se confirme la imputación, todo es especular.


–Las Juventudes Socialistas ven la Monarquía "obsoleta" y creen que hay "un caldo de cultivo" propicio para debatir sobre la III República ¿Está de acuerdo?

–No estoy de acuerdo. Comprendo que hay una tradición republicana en nuestro partido y que los jóvenes probablemente se sienten próximos a ella, pero reitero que no es para nada conveniente replantearse esa cuestión.


–¿Es más necesario que nunca que la Monarquía se someta a la Ley de Transparencia?
–Sí, hay cosas que van llegando. Esos pasos hay quedarlos. Hay cosas que quizás debiéramos haberlas hecho antes, pero a veces el ritmo y el marco temporal lo ponen un poco los acontecimientos.


–¿Es la expropiación de pisos vacíos de los bancos la mejor solución para alojar a desahuciados?

–No creo que sea la pócima milagrosa porque la casuística de los casos es muy grande, pero ésa y otras fórmulas me parecen buenas para resolver un problema insoslayable: no podemos dejar en la calle a familias por empobrecimiento sobrevenido.


–Canarias quiere copiar esta idea de Andalucía, pero el Gobierno central baraja presentar un recursos de inconstitucionalidad.

–Creo que es constitucional y aconsejo al Gobierno que no lo haga porque resultaría bastante incomprensible para la ciudadanía.


Entrevista para la La opiníón de Tenerife.