20 de octubre de 2016

Rajoy en minoría.


Rajoy y el PP tienen 137 diputados. Si gobiernan porque el PSOE lo facilita, estará obligado a buscar mayorías, en definitiva, a pactarlo todo. La oposición entonces, tiene la llave de muchas decisiones. El PSOE es quien lidera la oposición con 85 diputados. El PSOE puede conseguir la suma de muchos partidos para derrotar a la derecha. Pero también puede pactar, cuando se trata de hacer pactos de Estado. Como lo hicimos contra el terrorismo. Como debemos hacerlo para el bien del sistema educativo o para cambiar la Constitución o para combatir la corrupción. Eso es hacer una oposición útil. 

Hay muchos españoles que nos recuerdan el “NO es NO” y nos piden que digamos NO a Rajoy. Lo entiendo. Pero en ese caso vamos a elecciones en diciembre, el domingo anterior a Navidad. Las terceras elecciones en un año. Me pregunto qué oposición haremos después si el PP se acerca a la mayoría o la tiene junto a Ciudadanos. ¿Qué diremos entonces? 
Hay que medir los pasos. En política hay que medir las consecuencias de las decisiones. Es verdad que Rajoy no merece nuestra confianza. Es verdad que el PP no ha hecho nada para ganarse nuestra abstención. Pero hoy es más débil que mañana. Incluso en pleno estallido de sus juicios de corrupción, es más débil todavía, porque no podrá negarse a un verdadero paquete regenerador contra los delitos que se juzgan en la Gürtel. 

Hay además un argumento que no podemos desconocer. España lleva un año de crisis institucional. Muchas decisiones están paradas. Muchas cosas dependen de que tengamos un gobierno. En el mundo entero se habla de nosotros como un país en crisis que no puede formar gobierno después de dos elecciones seguidas. Ir a unas terceras es un desprestigio internacional. El PSOE no es el único culpable, pero llegados a este momento, si tenemos la llave para evitarlo debemos ser el partido responsable y serio que siempre hemos sido. Abstenerse no es apoyar. Es evitar males mayores para España y para los españoles, y también para nosotros. 

La única manera de evitar un gobierno de Rajoy y del PP era forjar una mayoría de gobierno alternativo al ganador. En un régimen parlamentario como el nuestro, eso es legítimo. El PSOE lo intentó. En las elecciones de diciembre hicimos un acuerdo con Ciudadanos y Podemos se negó a apoyarlo. En las de junio ha sido Ciudadanos quien ha preferido al PP, y tanto unos como otros han expresado reiteradamente que no quieren entenderse. En estas circunstancias, democráticamente hablando, a quien corresponde la investidura es al partido de la mayoría. Negarlo es más una respuesta moral que política. Corresponde a la ética de la convicción, pero se da de bruces con la ética de la responsabilidad. Es más un sentimiento que un pensamiento, y la política responsable exige asumir las consecuencias de las decisiones. El razonamiento político de la abstención en este momento y en estas circunstancias es mucho más sólido y lógico que el apasionado NO a Rajoy y NO al PP de muchos compañeros y de muchos ciudadanos a los que respeto y comprendo.


El PSOE es un partido clave para España. Lo hemos sido y lo seremos. Pero para ello, para ganar un día a la derecha, tenemos que ser un partido centrado, no radicalizado. Nosotros somos un partido de pactos, no de pancartas. Somos un partido de gobierno, y eso exige pensar en todos los ciudadanos, no sólo en nuestros militantes o en nuestros votantes. Somos un partido de mayorías. Nosotros no queremos ser el partido mayoritario de una izquierda minoritaria. Nuestro objetivo no es encabezar la oposición de una izquierda fragmentada. No. Esa no es nuestra pelea. 

La abstención es una decisión más centrada sociológicamente. Hay muchos ciudadanos que la comprenden y la agradecen. Eso devuelve al PSOE a esa imagen de un partido clave para España. Un partido generoso, responsable, fiable. Un partido del país.



Publicado para 20minutos.es, 20/10/2016