La encuesta de la EPA nos ha devuelto a una realidad que nunca dejó de serlo. Sigue habiendo casi seis millones de parados, casi dos millones de hogares con todos sus miembros en paro y, el 56% de nuestros jóvenes, siguen sin empleo. Es desolador y lo sabemos. Es lamentable y así lo sentimos.
Durante las últimas semanas hemos asistido a una campaña tan triunfalista y partidista, tan impregnada de claras intenciones electorales, que hoy es el momento de decir alto y claro que, desgraciadamente, el gobierno ha manipulado unos pocos datos macro económicos para trasladar un mensaje falso: que la recuperación económica había llegado y con ella, el crecimiento económico y el empleo.
Basta recordar los mensajes de Rajoy en los mítines de fin de semana y los cortes televisivos de sus actos públicos de este último mes, para poner en evidencia las pretensiones partidistas y electorales del PP, en un tema tan serio, tan grave y tan dramático, como el que estamos sufriendo en España desde hace ya 5 años. No se trata de negar que, probablemente, hemos tocado fondo con la recesión y que quizás estamos creciendo unas pocas décimas en este año 2014. Pero de ahí no se puede deducir ese optimismo exagerado y falso que el gobierno ha trasladado a la ciudadanía las últimas semanas, ofendiendo a la inteligencia de los españoles e irritando a la mayoría de la ciudadanía que sigue sufriendo los recortes en la mayoría de los servicios públicos básicos y la falta de horizontes vitales que genera el desempleo.
Las previsiones macroeconómicas de este año y del que viene que el gobierno presentará a Bruselas los próximos días, seguirán manteniendo la economía española en un nivel de crecimiento relativamente bajo, porque nuestra capacidad de consumo y el crecimiento de la eurozona nos acerca peligrosamente a la deflación. El gobierno volverá a hacer propaganda electoral con su plan macroeconómico para 2014 y 2015 pero, serán solo promesas porque, desgraciadamente, el paro seguirá afectando a más de 5 millones de españoles y las condiciones de vida de los ciudadanos seguirán devaluándose y depreciándose, puesto que la apuesta del gobierno por la competitividad de nuestro país, es la devaluación social interior. No sería descartable que el gobierno profundizase en las reformas laborales para devaluar más todavía el mundo laboral español y, no sería descartable que la Unión Europea proponga reformas en el gasto para reducir el déficit público, con lo que cabe pensar en más recortes, incluidas las pensiones.
Cambiar la política económica europea es una necesidad que está al alcance de nuestra mano en las próximas elecciones del 25 de mayo y utilizarlas como el instrumento más valioso para la defensa de un modelo de sociedad que la derecha está cuestionando, es una obligación ciudadana y la mejor arma democrática de los progresistas.
Ramón Jáuregui, 29 de abril de 2014.