Por una de esas paradojas financieras sobre las que hemos estado viviendo estos últimos años, los paraísos fiscales eran espacios necesarios para la agilidad financiera internacional. Eran un mal necesario, nos decían.
Eran inevitables en tanto que el mundo financiero de finales del Siglo XX se había construido sobre esas realidades nacionales preexistentes.
Lo cierto es que, como otra de las grandes mentiras que ingenuamente asumíamos, la crisis económica que padecemos, nos ha hecho comprender que los paraísos fiscales no eran sino espacios opacos de gestión financiera desde los que operar ocultando origen y destino de los fondos, evadiendo divisas y eludiendo la fiscalidad nacional correspondiente. En definitiva, áreas de impunidad para el dinero.
Cuando se hablaba de combatir la pobreza y el hambre en el mundo y se pensaba en establecer una tasa sobre los movimientos internacionales de capital, (Tasa Tobin), siempre topábamos con ese muro de la vergüenza que son los paraísos fiscales. “Si se pone una tasa, los fondos operarán desde los paraísos”, nos decían, “y hay más de cien lugares en el mundo para hacerlo”, añadían. Cuando se pretendía luchar contra el crimen organizado internacional (drogas, trata de mujeres, comercio de armas, etc.), los policías y los jueces de todo el mundo se topaban con esa fuerza del mal que son los paraísos fiscales a la hora de seguir las pistas del dinero negro. Y así muchas más cosas.
Pues bien, ha llegado la hora de decir basta. Como en toda buena crisis, de ella surgen las mejores oportunidades. El G20+, que se reúne el 2 de abril, abordará esta importante cuestión. He aquí algunas propuestas para mejorar la transparencia de los sistemas financieros nacionales e internacionales:
* Asegurar que las autoridades públicas tengan toda la información acerca de las instituciones, mercados e infraestructuras relevantes del sistema financiero.
* La introducción de desincentivos fiscales para todo movimiento de fondos que tengan como origen o destino un paraíso fiscal.
* No reconocimiento de la personalidad jurídica a las sociedades constituidas en paraísos fiscales para intervenir en el tráfico mercantil español e internacional.
* Prohibición de que las entidades bancarias tengan filiales o sucursales en dichos territorios.
* Establecimiento de penas agravadas cuando el fraude fiscal se produzca a través de la utilización de paraísos fiscales.
* Supresión del secreto bancario y establecimiento de medidas severas de aislamiento financiero para los Estados que no quieran colaborar.
Si me he pasado, que me lo expliquen. Y si me he quedado corto, espero sugerencias.
Diario Responsable 24/03/09