17 de octubre de 2008

Un perdón asimétrico que no significa olvido


El perdón mutuo fue el principio sobre el que se basó el espíritu de la transición, un perdón quizá asimétrico e imperfecto porque fue la izquierda quien perdonó a cambio de la desaparición del franquismo. Un perdón que no debe confundirse con olvido, pero que en ningún caso debe reabrir heridas ya cerradas en una sociedad española moderna que se fundamentó en la reconciliación.

Hago esta reflexión tras conocerse la decisión del juez Baltasar Garzón de investigar los crímenes cometidos por el franquismo durante la Guerra civil y la dictadura. En mi opinión, es una resolución judicial de enorme importancia, que merece todo el respeto y que por tanto debe ser contemplada sin frivolidad y sin sectarismo alguno ya que son miles los españoles a los que afecta de la manera más íntima.

Ahora bien, es cierto y lo señalo, que su recorrido en los tribunales es dudoso por dos cuestiones: por un lado, porque los presuntos responsables han fallecido y además por la posible prescripción de los delitos debido a la Ley de Amnistía de 1977, lo que hace que esta cuestión genere una discusión jurídica profunda.

Sin embargo, la actitud del juez Garzón va a permitir acelerar algunas acciones que la Ley de Memoria Histórica contempló, como la exhumación de fosas de la Guerra Civil y ello aportará aún más eficacia a ciertos aspectos de la norma aprobada por las Cortes. Hay que recordar que la Ley de Memoria Histórica recoge además muchas otras actuaciones que suponen una mejora de determinadas prestaciones económicas a las víctimas del franquismo, de la Guerra Civil y del llamado tardofranquismo.

Como os decía al principio el perdón no significa olvido. Por tanto espero y deseo que el auto del juez Garzón sirva para dar respuesta a todas las deudas aún pendientes con tantos y tantos que sufrieron la cruel represión del franquismo.