5 de agosto de 2012

«El tiempo ha consagrado que, a mayor número de escaños, más pluralidad» Entrevista El Correo.

«¿Problema por reducir el Parlamento? Ninguno. Pero no es la solución».
 
Son las palabras de un veterano político vasco que conoce de primera mano cómo se trabaja en la Cámara de Vitoria con solo 60 parlamentarios. Sí. Porque en los años 80, cuando empezaba a edificarse el entramado institucional vasco, el hemiciclo tenía solo 60 representantes, un tercio -como ahora- procedente de cada territorio. Era la primera legislatura de la democracia, y en ella ya tenía un asiento Ramón Jáuregui, uno de los socialistas vascos con más recorrido político. Ahora, desde otro hemiciclo, el Congreso, pero sin perder de vista lo que ocurre en Euskadi, censura la nueva propuesta del PP porque «apenas supondría ahorro» y solo responde «al oportunismo» electoral.
 
A la suya se suma otra experimentada voz crítica, la del nacionalista Iñaki Anasagasti, que desde su asiento ahora en el Senado tampoco ve con buenos ojos hacer recortes en las cámaras de representación de los ciudadanos. «El tiempo ha consagrado que, a más número de representantes, la pluralidad es mayor», asegura.
 
Los dos políticos coinciden en el rechazo a la medida de ahorro planteada ayer por el PP de Euskadi, pero cada uno incide en un argumento. El político del PNV recuerda que la decisión, en la segunda legislatura vasca, de incrementar un 20% el número de representantes «nos perjudicó a nosotros», el PNV -entonces también mayoritario con 25 escaños frente a los 11 de su seguidor, HB-, en favor de los grupos más pequeños. Por lo que, como primera consecuencia de esa vuelta a los orígenes, augura un revés para grupos como Ezker Anitza o UPyD. «Personalmente me parece que sería un error», asegura como defensor además de un Senado en permanente cuestionamiento, incluso desde su propio partido.
 
Anasagasti no es partidario de reducir el gasto de la Administración rebajando el número de representantes de los ciudadanos. «La democracia hay que pagarla», asegura. «Lo caro es la dictadura». Y recomienda que, sobre todo en momentos de crisis como el actual, «no hay que perder el norte y sí mantener la cabeza fría» a la hora de hablar de las instituciones democráticas.
 
«Política frente a mercados»
 
En el mismo sentido, Jáuregui advierte del error de culpabilizar de la crisis a los representantes políticos o a los sindicatos. «Es una pedagogía muy equivocada», asegura el diputado socialista, que además desvía -dice- la atención del principal problema. Y es que «la política hace falta para hacer frente a los mercados», aunque luego se pueda opinar de si «es necesario mejores partidos o mejores políticos». No se puede, dice, «devaluar» el trabajo de los representantes públicos.
 
Jáuregui, que sobre la propuesta concreta para el Parlamento vasco no vería mayor «problema» en lo que a funcionalidad se refiere, advierte que quitar 15 escaños podría alterar el reparto territorial y tampoco supondría un ahorro como para pensar que así se contribuye a paliar la crisis económica.
 
 «Lo que cuesta es la infraestructura que está montada», dice. Por ahí y por las empresas públicas, las duplicidades y el análisis detallado de las diferentes administraciones públicas es por dónde se pueden reducir gastos, añade. «Yo miraría primero la LTH (Ley de Territorios Históricos)», recomienda.
 
Al diputado socialista le «molesta» bastante «esa filosofía que denuesta lo público» y «raya la demagogia», cuando luego todos «queremos que un helicóptero nos rescate en el monte, que vengan los bomberos o que haya profesores» suficientes para educar a las nuevas generaciones. «Se hace mal servicio al papel de lo público», lamenta, y dentro de ese servicio incluye a la clase política.
Jáuregui, que no concede «entidad» al plan de los populares vascos, sí ve necesario replantear estructuras y «la función pública» si «todos tenemos que hacer un esfuerzo». «Estamos en un trance, donde antes teníamos 'x', ahora 'x menos 30'», y por eso habrá «que reformular parámetros». Pero no centrados solo en «la representación de los ciudadanos», reclama.
 
Jáuregui extiende su mirada más allá de Euskadi y apunta al Senado. No para su eliminación, pero sí para «reformularlo para que realmente sea la Cámara territorial» que se supone. «El 1,3 millones de votantes, no de ciudadanos, que en las últimas generales prescindió de esa papeleta es expresión de que es necesario acometer una reforma» en esa Cámara, asegura.
 
Entrevista El Correo. 4/08/2012