Entrevista íntegra realizada hoy en Onda Vasca a Ramón Jáuregui, europarlamentario del PSOE
Zapatero avanza hacia una reforma de pensiones que usted también ha defendido y mientras, en Francia huelga general, precisamente por este asunto. Visto desde el plano de vista europeo y no solamente estatal sería hasta contradictorio que la izquierda le esté boicoteando a Sarkozy una reforma de pensiones y Zapatero la esté llevando a cabo en España.
Hombre eso forma parte un poco del juego político que realizan los partidos en según qué posición estén. Es verdad que no es muy coherente, la verdad.En Francia los socialistas consideran que la reforma implica una pérdida importante de derechos y aportan a la solución de la Seguridad Social francesa que ya tiene en este momento pérdidas importantes, a diferencia de la española, una fiscalidad complementaria. Yo creo que esto en tiempos de crisis fiscal no es fácil, sinceramente. De manera que también podríamos decir, al contrario que el PP en España, no va a ayudar al Gobierno socialista en España a la reforma de las pensiones, porque probablemente espera su derrota o espera que ese sea un tema de desgaste político. Bueno forma parte digamos del juego, de la dialéctica de poder y de oposición, pero sinceramente creo que son materias en las que un mayor consenso serían necesarias porque de verdad creo que estamos jugando con materias que resultan imprescindibles, el acuerdo y el consenso para una digamos mayor y mejor comprensión social.
Hombre eso forma parte un poco del juego político que realizan los partidos en según qué posición estén. Es verdad que no es muy coherente, la verdad.En Francia los socialistas consideran que la reforma implica una pérdida importante de derechos y aportan a la solución de la Seguridad Social francesa que ya tiene en este momento pérdidas importantes, a diferencia de la española, una fiscalidad complementaria. Yo creo que esto en tiempos de crisis fiscal no es fácil, sinceramente. De manera que también podríamos decir, al contrario que el PP en España, no va a ayudar al Gobierno socialista en España a la reforma de las pensiones, porque probablemente espera su derrota o espera que ese sea un tema de desgaste político. Bueno forma parte digamos del juego, de la dialéctica de poder y de oposición, pero sinceramente creo que son materias en las que un mayor consenso serían necesarias porque de verdad creo que estamos jugando con materias que resultan imprescindibles, el acuerdo y el consenso para una digamos mayor y mejor comprensión social.
Da la sensación de que se ha pasado de hacer lo que se quería a hacer lo que se debe. No sé si comparte usted esta visión, dice hay que hacer esto a pesar de que no nos guste.
Bueno vamos a ver, yo creo que hasta finales del año pasado el Gobierno español intentó que la salida de la crisis tuviera un componente social, es decir que no perjudicara particularmente a quienes más sufren la crisis, los parados, a gente que cobra poco, a las pensiones, etc. y se trató de mantener lo que llamaríamos el cielo de protección social que tenía nuestro país, ya sea en becas, en pensiones, en salarios, etc. A partir de este finales de este año pasado y comienzos de este los mercados, los que nos prestan dinero a todos los países se han puesto histéricos porque las deudas soberanas de los países han crecido mucho y porque los analistas de los mercados no veían posibilidades de recuperación temprana a la economía europea. Y esto ha provocado una auténtica, yo diría, exigencia colectiva a toda Europa, impuesta por Alemania fundamentalmente, para que produjéramos la reducción de nuestros déficits en poco tiempo. Esto nos ha obligado a todos puesto que la caída de los ingresos fiscales era muy, muy notable, en España no olvidemos cerca de un 25% de ingresos fiscales se han reducido como consecuencia del parón inmobiliario en todos los ayuntamientos, comunidades autónomas y también Gobierno central ante la ausencia de esos ingresos y ante el aumento del gasto ha habido que hacer políticas de ajuste. Y es verdad, el Gobierno español está en este momento en esa política de ortodoxia que se nos ha planteado desde el punto de vista macroeconómico por la UE y por los países que también comparten moneda con nosotros, el primero Alemania, todos los demás también y por parte de los mercados a quienes no olvidemos salimos a reclamar cada mes en torno a 10.000 ó 12.000 millones de euros, porque no olvidemos que España tiene en este momento 600.000 millones de euros en deuda. Y claro ese 60% casi de deuda fiscal que está en los mercados se encarece y si tú no les das confianza no les das un horizonte de recuperación._Esta es la explicación. Y efectivamente hay que reconocer que en este caso los mercados son unos imponderables que condicionan la política.
Da la sensación de que están abriendo cada vez más brecha en lo que es la base de su electorado, la izquierda, y los gobernantes, se lo digo porque desde el exterior parece que a uno le monten una huelga general y la aguante, es un certificado de hacer bien las cosas. Pero esto aleja mucho del votante natural.
Sí, sí, yo creo que estamos sufriendo en este momento, probablemente inclusive, una falta de relato explicativo a nuestras bases sociológicas y electorales de las cosas que la política nos exige en estos momentos. Quizás yo diría más. Yo pienso que nuestro electorado está dispuesto a comprender las reformas y los esfuerzos si ve un horizonte de compensación o si al mismo tiempo observa que la política también se impone a los mercados, también interviene sobre ellos, evita que los especuladores no lo sean y no lo sigan siendo o corrige los comportamientos codiciosos que han provocado la crisis y que están en el corazón del fallo del sistema financiero mundial. Y esta segunda parte no la ven. Yo cuando voy por ahí y explico las cosas la gente entiende que tenemos que hacer reformas, la gente comprende que nuestro estado del bienestar tiene que ajustarse pero necesita un horizonte, una referencia de que la igualdad, la aspiración de equilibrio social e inclusive la recuperación del estado del bienestar como fórmula que le identifique a la izquierda y sobre todo las exigencias de la política sobre los mercados en el ámbito internacional quieren verlas. Y ésta es quizás la parte que nos falta. Yo sí reconozco esa parte pero probablemente estamos más necesitados de relato político y de política para también recuperar la confianza de nuestro electorado clásico.
Algunos dicen en realidad lo que le está pasando al PSE es algo de inconsistencia ideológica, que se hizo una renovación del partido, se llegó rápido al poder sin asentar aquello y ahora estamos pagando un poco las consecuencias y ni la vieja guardia ni la nueva empiezan a sentar las bases ideológicas del PSE.
Mi análisis es un poco digamos más crítico por otro lado. Yo creo que nosotros hemos hecho desde el comienzo de la crisis un giro demasiado brusco. A finales de este año pasado nos hemos convertido a la ortodoxia, por así decirlo, en enero, y no hemos trasladado digamos una convicción y una coherencia de relato político con lo que veníamos anunciando. Yo creo que tendríamos que haber explicado, miren lo hemos intentado durante dos años porque creíamos que teníamos margen económico para poder salir de la crisis, por así decirlo, con un contenido social y no ha sido posible, ahora tenemos que hacer estas cosas, queremos volver de nuevo a nuestra estrella polar, nuestro horizonte es recuperar nuestro sistema de protección social, nuestra búsqueda de justicia y de igualdad para las gentes está en el corazón de nuestra política, no podemos hacerlo exactamente ahora, pero necesitamos estas reformas para recuperar crecimiento. El crecimiento es condición necesaria para crear empleo, el empleo es condición necesaria para que haya una fiscalidad que permita un estado social y un estado de bienestar. Y en esa ecuación estamos y nuestra promesa es que lo vamos a hacer. Yo creo que al partido le está faltando digamos cohesión en torno a este discurso, convicción, movilización, portavoces que expliquen las cosas de esta manera que yo entiendo que es la única que puede percibir una comprensión ciudadana, no sólamente de nuestro electorado, insisto, sino también de ese espectro de centro que llamamos en el espectro sociológico de todos los países, cada vez más grande, esa gente que se considera de centro o centro-izquierda entre el 4 y el 8 de una valoración de 1 a 10 que es capaz de comprender este discurso, que es capaz de entender que efectivamente hay una lógica en lo que estamos haciendo. Si efectivamente ve coherencia, ve convicción y ve a un partido y a un gobierno volcados en esa explicación y no a veces en debates estériles e inoportunos, como por ejemplo quién sustituye a quien, etc., etc.
De momento Zapatero va a tener año y medio para poder explicarlo, gracias entre otras cosas al acuerdo PSOE-PNV. ¿Cómo lo ha visto desde ahí?
Yo lo he visto bien. Yo pienso que el PNV ha jugado muy bien sus oportunidades, sus cartas. El PNV se había convertido realmente en el único partido que estaba dispuesto a una negociación, puesto que todos los demás habían rechazado tal posibilidad, desde CiU a la izquierda, por así decirlo, el PP por supuesto había abandonado ya desde el comienzo de la legislatura su política de corresponsabilidad, excepto muy puntualmente en el sistema financiero y el PNV sabiendo que era el partido que daba la mayoría a Zapatero para unos presupuestos que eran vitales para la economía, imprescindibles para la estabilidad económica que España necesita y que también todo el mundo mira, porque los mercados también examinan la estabilidad política, pues ha planteado un conjunto de materias muy en su digamos perfil, muy propio de lo que es su identidad política, y las ha negociado bien. Yo pienso que el PNV en ese sentido merece felicitación por el trabajo que han hecho. No solamente porque han hecho una buena negociación sino también porque han asumido una responsabilidad extraordinariamente importante. Yo cuando he escuchado las palabras de los dirigentes del PNV valorando el acuerdo valoro especialmente su compromiso con la situación económica española, y eso merece un diez, sinceramente, porque muy pocos lo han querido hacer y sin embargo era muy importante no para Zapatero, de verdad. El problema de España es que si no tiene presupuestos entra en un proceso de inestabilidad económica brutal porque tendría que hacer unos presupuestos de recorte, de ajuste, que las exigencias que antes comentábamos nos imponen para reducir nuestro déficit y si ven, de pronto, que España no tiene presupuesto, que probablemente está condenada a un proceso de elecciones anticipadas, etc., etc. es que entramos en un año, digamos, de inestabilidad, con unas exigencias macroeconómicas muy grandes que al siguiente día empiezan por encarecer la deuda y que te meten medio punto de interés en una deuda que tú estás emitiendo cada mes y tienes que pagar unas cantidades enormes de dinero que no tenemos. Entonces yo por ese lado sinceramente creo, y perdonen la extensión, creo que el PNV no solamente ha jugado bien sus bazas, ha defendido muy bien su perfil identitario y además ha hecho una aportación de corresponsabilidad a la economía y a la política española dignos de agradecer.
Y qué tal se va a tragar el sapo Patxi López, en su opinión, porque se lo va a tener que tragar.
Pero lo está haciendo yo creo que también muy inteligentemente. Yo las cosas que le he oído al PSE, y a Patxi López, en concreto, son muy coherentes y también muy inteligentes en el sentido de decir que es bueno para el desarrollo del Estatuto, lo que es bueno para la estabilidad económica española y también para la estabilidad económica vasca, para el futuro económico de nuestra comunidad, pues yo lo agradezco, si además voy a ser el que va a protagonizar, el que voy a gestionar el incremento de autogobierno o unas determinadas inversiones en relación con la Y vasca, con los centros de investigación que han estado en el eje de la negociación, pues mil sobre hojuelas. Él reconoce que el PNV ha jugado su papel, los beneficios de esa negociación son para el País Vasco, yo soy el lehendakari, yo lo gestiono, todos contentos.
Ya sabe usted que dicen las malas lenguas que hizo algo así como de muñidor de un intento de PNV-PSOE por alcanzar un acuerdo en la primavera de 2009. Me acordé de usted el otro día al ver ahora este pacto PNV-PSOE.
Bueno yo no fuí de muñidor de nada, yo no oculto que recibí sugerencias más bien del entorno nacionalista, por la posibilidad de conocer si había efectivamente alguna alternativa al pacto PSE-PP que se estaba gestando y que luego fraguó. Sí, yo recibí sugerencias y hablé con gente, porque oye uno es del país y tiene amigos y tiene incluso un perfil que más o menos le identifican o le amarran a una determinada imagen. Pero eso no prosperó porque la estrategia del PSE era la que era, yo lo expliqué claramente y aquello pasó. Ahora no he estado en la materia para nada, sinceramente. Ahora estoy en Estrasburgo, no me ha correspondido y felicito a quienes han hecho el proceso de negociación pero ningún protagonismo por mi parte, sinceramente.
Qué le falta a la entrevista de Arnaldo Otegi para que se pueda decir la izquierda abertzale ya ha dado el paso que tenía que dar y por lo tanto se puede presentar porque en paralelo que estamos escuchando que les parece muy bien vemos que hay una reforma electoral tendente a endurecer todavía un poco más la aplicación de la ley de Partidos, en definitiva.
Le falta la seguridad de saber que ETA va a dejar. Yo creo que en dos palabras es esto. Dice mucho, dice muchas cosas, mide mucho sus palabras, inclusive sus silencios, porque hay preguntas sin respuestas, pero lo que se detecta es una doble convicción, la suya de la izquierda abertzale en general de que esto toca su fin pero la incapacidad, la falta de seguridad por saber si van a ser capaces de imponerle a ETA el fin de la violencia unilateral y sin condiciones. Yo creo que esta es digamos la laguna del proceso pero quizás es inevitable. También hay que reconocer que en la medida en que se trata de un proceso muy complejo pues puede uno ser comprensivo con esa ausencia. Pero si ud. me pregunta qué falta, exactamente eso.
Lo que pasa es que cuanto más claro sea ese discurso de la izquierda abertzale más dificultades van a tener ustedes para ir explicando las medidas excepcionales que se han ido desarrollando.
Es que las medidas no son tan excepcionales. Usted las califica de esa manera casi con un sentido peyorativo. Yo creo que es profundamente democrático no permitir que un partido fascista no participe en un sistema electoral como lo hacen los alemanes, por ejemplo. Y yo creo que con la misma legitimidad la arquitectura democrática de un país se fortalece cuando impide que un partido que ejerce la violencia o que está digamos connotado con la violencia en una estrategia común con la violencia no pueda participar del sistema. Esto ya lo dijo Estrasburgo. El asunto está acabado. Entonces qué nos falta, pues nos falta el convencimiento pleno a todos de que ETA lo deja y lo que está haciendo es medio dejarlo pero sin saber muy bien cómo va a acabar, porque de una parte no tenemos la convicción, ni la seguridad de que van a dejarlo y no olvidemos nuestras experiencias pasadas, que son muy negativas, siempre los hierros han acabado abortando muchísimos debates, no digo idénticos, pero relativamente parecidos. A este han acabado con un atentado y se acabó toda la película. Otra vez, diez, cuatro, cinco, siete años de vuelta a la historia, entonces esto sigue presente, lo mismo que, en mi opinión, una convicción de ese mundo de que el abandono no podrá ser nunca a cambio de nada y esta sí que me parece que es una cuestión esencial porque en su raíz, inclusive en la propia izquierda abertzale existe la convicción de que tiene que haber un proceso, entre comillas eufemismo que esconde cualquiera sabe qué, en el que digamos algún tipo de contraprestación la democracia tiene que hacer a cambio del abandono de la violencia. Y eso sinceramente ya pasó, eso ya se ha acabado, eso acabó en el 2007. Y yo creo que los tiempos son diferentes y por eso hay que mantener el sistema digamos democrático, no voy a decir represivo, sino democrático contra la prolongación de la violencia. Y por supuesto cuando ese estadio se supere y cambie por supuesto no habrá ninguna razón que sostenga una ley, por ejemplo, que impida a partidos, bueno la ley seguirá ahí pero si no hay violencia nadie será castigado.
Sr. Jáuregui, sabe que si se teclea en google su nombre y se le da noticias se sigue hablando de la posibilidad de que le nombren ministro.
Sí, sí, estoy al cabo de la calle, como usted imaginará esta semana en particular digamos las especulaciones continúan, pero son eso, especulaciones. Yo estoy ahora en Estrasburgo, trabajando en el Parlamento, ayer estuve hasta muy tarde reunido con la delegación del Parlamento europeo para México, estoy en otras cosas, sinceramente.