La noticia titulada Las grandes tecnológicas cortan sus beneficios para pagar menos impuestos publicada el 13 de octubre en EL PAÍS no explica la técnica de este fraude. Lo que estas empresas hacen es aplicar los llamados precios de transferencia entre empresa matriz y filial. Por supuesto, es una ficción, porque matriz y filial son la misma empresa, pero la matriz se ubica, obviamente y no por casualidad, en Estados miembros con un tipo del impuesto de sociedades anormalmente bajo (por ejemplo, Irlanda) o en el que acuerdan pactos fiscales opacos (por ejemplo, Luxemburgo) para conseguir el mismo objetivo (tributar los beneficios en porcentajes irrisorios). Todo esto supone, además de un escandaloso perjuicio a las Haciendas públicas y a los ciudadanos, una enorme distorsión a la libre competencia en el seno del mercado interior. De ahí que el escándalo conocido como LuxLeaks motivó la creación de una comisión especial en el Parlamento Europeo, la cual está a punto de aprobar un informe con recomendaciones concretas, así como una propuesta de la Comisión Europea para establecer un sistema automático de información sobre este tipo de resoluciones tributarias secretas.
— Ramón Jáuregui, Eurodiputado socialista.
Publicado en El Pais, 17/10/2015