En un debate con el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, celebrado esta tarde en el Parlamento Europeo, el co-presidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Eurolat), Ramón Jáuregui, ha señalado que la Unión Europea debe reaccionar ante el cambio en la Casa Blanca, ocupando un papel más protagonista en América Latina.
En ese sentido, ha destacado que " ahora más que nunca, la Unión Europea debe ganar presencia en los países latinoamericanos, con los que tenemos enormes vínculos culturales, históricos, sociales y de valores. Creo que expreso el sentimiento de todos cuando manifiesto la preocupación enorme por lo que puede representar el Gobierno de Trump para todos los latinoamericanos", ha añadido.
Ha destacado entre los más serios motivos de preocupación el proyecto de construir un muro en la frontera entre EEUU y México. "Es inaceptable que además se pretenda que ese muro sea pagado por los propios mexicanos, con cargo a un impuesto sobre las limitadas remesas que esos trabajadores envían a sus familias. Igualmentee inaceptable resulta la posición que ha adoptado Trump en relación con el proceso de paz en Colombia, al decir que no reconoce el acuerdo del Gobierno con las FARC. Esa afirmación es políticamente imprudente y supone una intolerable muestra de desprecio hacia un proceso de paz que ha costado un enorme esfuerzo pero que, por primera vez en cincuenta años, parece haber despejado el camino hacia la paz en Colombia. Un proceso aplaudido por la comunidad internacional, como prueba el Premio Nobel concedido al Presidente Santos".
Asimismo, ha mostrado su inquietud por la salida de EEUU del Tratado Transpacífico, que simboliza la tendencia proteccionista en materia comercial de la nueva Administración norteamericana. Jáuregui ha abogado por una “globalización controlada, donde el comercio esté regulado, en lugar de optar por la cerrazón proteccionista, que a lo largo de la historia sólo ha engendrado guerras comerciales y ha perjudicado a todos los pueblos”.
Según ha explicado, “los acuerdos comerciales bien negociados son un instrumento regulador del mercado libre, útil para fomentar el crecimiento y el intercambio económico, pero también para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos”.