5 de noviembre de 2013

Una izquierda con vocación de mayoría

Hay muchas razones que explican la Conferencia Política del PSOE en el ecuador de esta legislatura. Perdimos cuatro millones de votantes en el 2011 y su recuperación exige reconocimientos y rectificaciones. El mundo cambia tanto y tan rápidamente que la izquierda debe ser capaz de renovar sus propuestas y sus soluciones en los nuevos parámetros de la globalización, de la revolución tecnológica y en la nueva sociedad de la información. El Estado-nación, como escenario de la acción política transformadora, se ha quedado pequeño, incapaz de construir espacios de cohesión social, incluso de democracia plena. El proyecto socialista de los ochenta, con el que somos identificados como partido, ha sido en gran parte construido ya y la sociedad española nos presenta hoy problemas diferentes. Pero, además y quizás lo más importante, la crisis económica, social y de empleo, inédita por sus dimensiones y efectos, se prolonga y se acentúa en el contexto de la crisis política más grave que hemos vivido en los últimos 30 años: crisis de la democracia y de sus instituciones e implosión del modelo territorial con el reto soberanista de Cataluña.
A los que dejaron de votarnos y a todos los españoles que se sienten progresistas o de izquierdas, queremos decirles que hemos articulado un proyecto político para los próximos años que da respuesta a la triple crisis española. Empezando por nuestra democracia, hemos presentado un ambicioso programa de regeneración de la política española y de renovación de nuestras reglas democráticas. No se trata de partir de cero ni de refundar el sistema. Son reformas que responden a las principales quejas que recibimos y a las más graves carencias que padecemos. Para ello, hemos propuesto al conjunto de las fuerzas políticas abordar, desde el máximo consenso, un conjunto de reformas en nuestras leyes para erradicar la corrupción en la política, reformar la vida interna y financiera de los partidos políticos, reformar el sistema electoral aumentando las facultades de elección de los ciudadanos, modernizar nuestro Parlamento para hacerlo más abierto y participado por la ciudadanía y una nueva regulación de las condiciones de ejercicio de la política sometidas a las exigencias de la ejemplaridad. Recuperar la confianza de la ciudadanía en sus instituciones, y relegitimar la política y los partidos son condiciones necesarias para reforzar nuestra vida en común con más y mejor democracia.
Junto a ello, hemos planteado una oferta de diálogo serio para revisar nuestro modelo territorial. El marco autonómico ha sido un éxito, pero la tensión soberanista de Cataluña y los desajustes que el modelo viene exhibiendo desde hace años aconsejan una reforma de nuestro Título VIII. El PSOE propone al país reafirmar el mapa autonómico actual, haciéndolo evolucionar en una doble dirección. De una parte, incorporando las fórmulas del modelo federal alemán: con un Senado de las CC AA, clarificando y consolidando el reparto competencial, pactando un modelo de financiación basado en la autonomía financiera, la suficiencia y la solidaridad y fortaleciendo los instrumentos de cooperación y de lealtad federal. De otra, dar carta de naturaleza constitucional a las singularidades o hechos diferenciales que explican la España plural y que hacen posible la conformación de nuestro Estado complejo.
Vamos a proponer una agenda por la igualdad a la política española. De nuevo, la igualdad, porque constatamos el crecimiento rampante de la desigualdad y sus síntomas más alarmantes con la política de ajustes y recortes en nuestro modelo de bienestar. No es solo que se dispare el abanico entre los más ricos y los más pobres, sino que, junto a ello, se empobrecen las clases medias, es decir, la mayoría social, y cada vez es más grande el número de hogares en la pobreza.
Hemos pensado seriamente en este fenómeno demasiado frecuente en los países que venimos del Estado de bienestar y hemos decidido articular una agenda de reformas estructurales para recuperar cohesión social y para garantizar, de verdad, la igualdad de oportunidades ante la vida. Nuestra agenda es atrevida y resumidamente contempla: a) Una apuesta clara y rotunda por aumentar nuestro gasto en educación y por fortalecer la escuela pública como verdadero instrumento igualitario; b) una reforma fiscal que reduzca el fraude, recupere progresividad y nos sitúe en la presión fiscal europea aportando cinco puntos de PIB a nuestros ingresos; c) la creación de un fondo social de ayuda a los hogares sin ingresos con aportaciones fiscales de las rentas y patrimonios más altos; d) la limitación de las remuneraciones de directivos en las entidades financieras (si el Estado se hace cargo de sus quiebras, el Estado tiene derecho a intervenir en su remuneración), establecer exigencias a los Consejos para que las remuneraciones de los directivos de las empresas se ajusten a resultados, riesgos y transparencia y desincentivar con cargas fiscales y de cotización a la Seguridad Social los ingresos variables y las retribuciones en especie; e) fortalecimiento del poder sindical en las pymes, recuperación de la negociación colectiva sectorial y aumento del salario mínimo; f) el desarrollo de un programa de igualdad de la mujer en el trabajo y en la empresa, auténtico espacio de desigualdad de género en nuestro país.
Hemos diseñado una política para el crecimiento y el empleo. España tiene ante sí una larga marcha para recuperar competitividad, crear nuevas empresas, y empleo, diversificar la actividad económica, modernizar nuestro aparato productivo, mejorar nuestra I+D+i, aumentar el tamaño de nuestras pymes, internacionalizarlas, mejorar nuestra Universidad y nuestra Formación Profesional y tantas cosas más. Queremos proponer al país una estrategia para la modernización de la economía española a medio plazo. Hemos cometido muchos excesos y muchos errores en los años de la abundancia y nos faltan miradas largas y consensos básicos para ser un país de los grandes en el mundo, que recupere el empleo en las dos próximas legislaturas. Que ofrezca una salida de medio plazo a la generación de nuestros jóvenes de hoy.
Propondremos a los agentes sociales un pacto de rentas que nos permita ganar productividad con costes proporcionados, a trabajadores y empresas y con recuperación del consenso sobre el marco laboral roto por el Gobierno y revisaremos las políticas públicas de inversión en las prioridades de política industrial, energética, medioambiental, formativa, de infraestructuras inteligentes, economía digital, etcétera.
Hay una constante en nuestra reflexión: las bases sobre las que hemos convivido estos últimos 30 años necesitan un ajuste, una adaptación a nuevos tiempos y a nuevas necesidades. La sociedad española ha perdido ilusiones colectivas, coincidencias básicas y hay crecientes rupturas internas: territoriales, democráticas, generacionales. Podemos mirar para otro lado y creer que el tiempo lo arregla todo. Pero quienes creemos que ocurre lo contrario, proponemos al país una reforma de fondo. Por eso hemos llegado a la conclusión de que una reforma puntual de nuestra Constitución es necesidad y oportunidad a la vez.
Necesidad de incorporar a nuestra Carta Magna los cambios que la sociedad española ha hecho suyos: la secularización y la laicidad, la igualdad de género, el derecho a la asistencia sanitaria, Internet, el matrimonio homosexual o las distintas formas de familia, la igualdad de sexos en la sucesión de la corona y el derecho a las prestaciones de la Seguridad Social entre otras. Necesidad de revisar nuestro Título VIII y encontrar nuevos acuerdos con nuestras CC AA para seguir juntos. Necesidad de incorporar el marco jurídico institucional europeo a nuestras fuentes del derecho. Pero también oportunidad para volver a la política sensata y grande. La que recupera consensos para abordar los problemas principales del país. La que supere partidismos sectarios y recupere confianza ciudadana. La que lidere al país desde la moderación y vertebre a la ciudadanía hacia objetivos colectivos. Queremos liderar este proyecto modernizador del país, que recupera crecimiento y empleo, que rehace los equilibrios sociales de España, que reconduce las tensiones independentistas hacia un proyecto común, que recupera igualdad, que relegitima la política y la democracia. Queremos hacerlo desde una izquierda renovada con vocación de mayoría social. Queremos ofrecernos como el partido capaz de todo eso, recordando que el PSOE ha sido el partido del progreso y la justicia social, de la libertad y los avances sociales en los últimos 100 años de vida española.
Publicado en El Pais, 5/11/2013