Informe Democracia digital en la Unión Europea: posibilidades y retos.
29 de noviembre de 2016
27 de noviembre de 2016
Europa con Cuba.
El acuerdo con la isla se firmó en
marzo, pero está pendiente de que lo ratifique el Parlamento Europeo.
Hace algo más de dos años que la Unión Europea inició negociaciones con Cuba para establecer un acuerdo de diálogo político y cooperación. Meses después, Barack Obama anunció el comienzo de negociaciones entre Estados Unidos y Cuba, que culminaron con el restablecimiento de embajadas.
El acuerdo UE-Cuba se firmó el 11 de marzo del 2016 y está pendiente de ratificación en el Parlamento Europeo, lo que no será fácil porque la derecha europea, especialmente la del Este, es profundamente anticomunista y ve en Cuba la prolongación de su odiosa Unión Soviética.
El acuerdo, es cierto, no está condicionado al cambio democrático cubano ni a la recuperación de las libertades fundamentales, más allá de un etéreo diálogo abierto sobre derechos humanos, cuyo desarrollo está por ver. Cuba no admite injerencias en su sistema político. Lo defiende con orgullo y tozudez y nada ni nadie ha podido doblar ese brazo en los cincuenta años de políticas internacionales de presión sobre el régimen. No lo lograron el boicot estadounidense y las durísimas sanciones todavía en vigor de la ley Helms-Burton. No lo lograron tampoco años y años de aislamiento, como el que propuso Aznar a la UE en 1998, la mal llamada posición común. Tampoco lo hicieron las políticas más suaves, de mano tendida y apaciguamiento, de diferentes políticos europeos, desde Mitterrand hasta Hollande, desde Felipe González hasta Zapatero.
¿Por qué ahora? Primero, porque Cuba necesita apertura económica, inversión, desarrollo tecnológico y turismo. Los rusos nunca hicieron nada bueno por Cuba, y los venezolanos no están para ayudar. Segundo, porque Estados Unidos ha decidido abrirse a Cuba, en parte como condición necesaria para recuperar presencia política y comercial en América Latina, lo que obviamente no puede hacerse sin el pasaporte cubano, que es el icono que abre las puertas cerradas para los yanquis. Tercero, porque Raúl quiere pilotar los cambios políticos y económicos de un régimen insostenible. De hecho, todo el partido comunista cubano está estos meses enfrascado en unas sesudas discusiones sobre el futuro de su modelo económico: ¿capitalismo de Estado a la china, quizá?, ¿modelo Vietnam?, ¿modelo propio? Nadie lo sabe y nadie lo puede adivinar. Lo único que sabemos es que quieren mantener el control político de un proceso, necesariamente abierto a los mercados (cuatro cruceros americanos llegan ya cada semana a La Habana y más de cincuenta compañías aéreas negocian su aterrizaje), a los inversores (ojalá que los españoles no perdamos esta conexión), a las tecnologías (internet, la red y las televisiones ya están allí) y a los millones de personas que quieren visitar una isla tan atractiva por miles de razones.
La política internacional europea ha apostado por favorecer estos cambios. Por hacernos presentes ayudando a que una transición incierta pero inevitable traiga libertades y derechos a un pueblo cuya idiosincrasia no permitirá una economía de mercado sin democracia. Por eso creo que la mayoría del Parlamento Europeo aprobará esta acuerdo Unión Europea-Cuba y seguirá reclamando, como lo ha hecho ya en varias ocasiones, incluso el mismísimo Trump, la derogación del embargo y de la brutal ley Helms-Burton, como pasos inteligentes para que los propios cubanos elijan su mejor destino. En eso estábamos cuando murió Fidel.
Publicado en "La Vanguardia" 27/11/2016
¿Con qué Fidel nos quedamos?
Yo leí La Historia me absolverá con la devoción de un joven de izquierdas de aquellos años, emocionado con la revolución cubana. El alegato de Fidel Castro contra el Tribunal Cubano que le juzgaba por el asalto al Cuartel Moncada, acabó con esa frase lapidaria que sin embargo no impidió una condena de 15 años, resuelta dos años después con una amnistía, preludio a su vez de la revolución triunfante el uno de enero de 1959.
Todas las izquierdas del mundo fuimos cautivados por aquella revolución en los años sesenta pero hoy tenemos que reconocer que la libertad y la democracia sacrificadas al servicio de una igualdad relativa, no es la izquierda a la que aspirabamos. El Socialismo también es la libertad. Yo diría más, no hay socialismo sin libertad y la justicia solo puede lograrse en democracia.
Se acepta que Cuba ha construido un sistema de igualdad absoluta en la educación y una buena sanidad universal. Sabemos que médicos cubanos curan el ébola en Africa y enseñan medicina en Managua o en Caracas. Pero la revolución cubana mantiene en niveles económicos paupérrimos a sus ciudadanos y les priva de las libertades de las que gozamos en los países democráticos.
Fidel fue admirado con razón, en sus comienzos, pero no puede ser glorificado por su obra
Admirar la lucha, incluso revolucionaria, en aquella América Latina de regímenes autoritarios, injusticias salvajes y dictaduras bananeras, no quiere decir que tengamos que apoyar todas sus obras. Fidel fue admirado con razón, en sus comienzos, pero no puede ser glorificado por su obra. Cincuenta años de poder son demasiados. Que el poder lo herede su hermano, resulta sospechoso de abuso familiar. Que no haya partidos, periódicos, televisiones... libertades en definitiva, no se justifica por grandes que sean las causas de la Revolución.
Cuba está ahora buscando su propia transición, la pilota Raúl y parece que quiere abrir el país al comercio, a más turismo, a las inversiones, a la tecnología, a Internet... La UE ha firmado un acuerdo con Cuba y EE UU ha restablecido relaciones diplomáticas. Los cruceros y los aviones americanos invaden ya La Habana, a pesar de las restricciones y de las limitaciones que todavía mantienen los americanos con la isla. El partido comunista intentará controlar esta apertura económica y crear un modelo propio de capitalismo de Estado y limitaciones de libertades bajo el monopolio del Partido, pero nadie sabe si eso será posible.
Yo creo que quienes queremos a Cuba y queremos que su pueblo prospere, debemos ayudar a esta apertura, porque con ella llegaran las libertades y la democracia. No será sostenible una economía de mercado que juegue en la globalización con un sistema político cerrado y opresivo. Por eso España debe ser punta de lanza de un programa de inversiones y cooperación, entre otras cosas porque allí somos queridos y hablamos la misma lengua. Aunque los norteamericanos están a 90 km y no a 6.000 como nosotros, los lazos humanos, históricos, culturales y económicos nos favorecen frente a ellos. Cuba será lo que los cubanos quieran. Esta regla no debemos olvidarla. Debemos respetar su propia evolución. No imponerla, ni exigirla como condición de nuestra relación y de nuestra cooperación. Nunca han admitido "injerencias" en su soberanía y su orgullo revolucionario no las admitirá. Dicho lo cual, en la muerte de Fidel, bueno será recordar a su hermano Raúl aquella frase tan oportuna hoy de Abraham Lincoln: "Ningún hombre es lo suficientemente bueno como para gobernar a los otros sin el consentimiento de estos".
Publicado en 20 minutos, 27/11/2016
Publicado en 20 minutos, 27/11/2016
22 de noviembre de 2016
Intervención Sesión Plenaria. 22/11/2016
Acceso a la información por parte de las autoridades tributarias contra el blanqueo de capitales.
21 de noviembre de 2016
Entrevista Radio Euskadi. Acuerdo PNV-PSOE-EE 21/11/2016
Entrevista para el programa Ganbara, de Radio Euskadi sobre el acuerdo alcanzado por el PNV y el PSOE-EE.
Oir entrevista en este enlace.
17 de noviembre de 2016
Entrevista para "El Español" 17/11/2016
Muchas crisis convergen en la actual situación del PSOE: la del liderazgo, la del proyecto para España y sin duda las dificultades de la socialdemocracia europea para ofrecer soluciones atractivas en tiempos de la globalización. De ello le gusta hablar a Jáuregui para combatir la crisis del nacionalismo y el populismo que ve como grandes peligros para Europa. La victoria de Donald Trump en EEUU es una muestra más que le hace estar preocupado.
"Mi preocupación es sobre lo que destrozará el populismo si tiene la capacidad de gobernar. Porque que caerá es seguro. El problema es el daño que nos hace mientras tanto"
"Estos populismos plantean una respuesta falsa y mentirosa a unos sentimientos razonables. Le Pen le dice a los franceses: "Si salimos del euro, nuestra economía crecerá". ¿Quién lo ha dicho? ¿Dónde está escrito? "Cerremos las fronteras y no habrá terrorismo". Pero en Francia hay seis millones de personas procedentes del mundo árabe y a saber lo que le puede ocurrir mañana. Lo triste es que haya un 40% de franceses, de franceses nada menos, que le crean a esta señora. Mi preocupación es sobre lo que destrozará el populismo si tiene la capacidad de gobernar. Porque que caerá es seguro. El problema es el daño que nos hace mientras tanto", augura.
Jáuregui cree "se acabó para el PSOE el monopolio de la izquierda y no volverán los tiempos del 40% de apoyo electoral", según ha escrito en un artículo reciente. El eurodiputado cree que la aparición de Podemos no debe llevar al PSOE a competir por la izquierda sino a recuperar el centro-izquierda sociológico.
"Cuanto más rivalicemos por la izquierda, más débil será la izquierda. Podemos nunca ganará a la derecha. Jamás. Jamás."
¿Cómo debe mirar el PSOE a Podemos? ¿Como un aliado o como un rival?
Tenemos que ser el partido ganador a la derecha. ¿Que eso se comparte con otra izquierda? Lo acepto. Pero tenemos que ser los socialistas los que ocupemos un centro-izquierda sociológico español imprescindible para ganar a la derecha. Sin eso, seremos dos minorías de la izquierda que estaremos condenadas al testimonialismo. Hay cinco millones de españoles que votan indistintamente a partidos distintos, incluyendo de derecha y de izquierda. Hay que ganar ese centro sociológico. Yo no quiero rivalizar con Podemos sobre quién es más de izquierdas. Cuanto más rivalicemos por la izquierda, más débil será la izquierda. Podemos nunca ganará a la derecha. Jamás. ¡Jamás! Se está convirtiendo en la vieja izquierda comunista. Y digo vieja con toda la intención, porque no hay propuestas nuevas y tienen tentaciones muy peligrosas en relación con la Constitución, con la Transición, con la reconciliación española, con el sistema territorial federal español… Esa izquierda no ganará nunca y por eso asumo el reto de ser la representación de un centro-izquierda capaz de ganar a la derecha y capaz de pactar con ellos. Pero desde mi victoria, no desde mi rivalidad con ellos, que nos llevará a dos izquierdas pequeñas.
El PSOE tiene, para Jáuregui, muchos problemas. Entre ellos, el de no ayudar demasiado a los jóvenes con talento que se acercan al partido. "Tenemos que cambiar más cosas para atraer a más jóvenes que no sólo se sientan socialistas sino que además sientan la oportunidad política e incluso carrera personal", explica. "El partido tiene una necesidad imperiosa de abrirse en ese terreno y de ser un partido atractivo". Esa será parte de su función como uno de los responsables de preparar la enésima renovación del proyecto socialista. En 2013 fue el coordinador de la conferencia política del PSOE impulsada por Alfredo Pérez Rubalcaba, que perseguía actualizar al partido para el siglo XXI. Para los cercanos a Pedro Sánchez, este nuevo intento es sencillamente una manera de ganar tiempo por parte de Susana Díaz y de tratar de neutralizar al ex líder para que, fuera del Congreso y de los resortes del poder, su figura se vaya apagando.
"Soy partidario de abrir la deliberación a sistemas online. Tenemos que permitir que la militancia no tenga que ir a la Casa del Pueblo para decir lo que opina".
Jáuregui cree que "las prisas no son buenas consejeras" y que hay que trabajar mucho en el concepto de participación política dentro del partido, pero enfocado a la deliberación.
"Las bases nos eligen para que decidamos. La democracia representativa no es una democracia depauperada sino más depurada. Soy partidario de que el conjunto de las decisiones las tomen los órganos federales y los elegidos para ello", explica frente a quienes defendían que la abstención ante Rajoy se decidiese en una consulta a la militancia. Pero antes de la decisión hay debate. "Soy partidario de abrir la deliberación a sistemas online. Tenemos que permitir que la militancia no tenga que ir a la Casa del Pueblo para decir lo que opina, que tenga mecanismos de participación deliberativos, que el partido tenga un dinamismo más frecuente desde el punto de vista de la participación, siempre a cambio de que luego la decisión la tomen los órganos, o los diputados o el Comité Federal que corresponda", explica.
"Las bases nos eligen para que decidamos. La democracia representativa no es una democracia depauperada sino más depurada. Soy partidario de que el conjunto de las decisiones las tomen los órganos federales y los elegidos para ello", explica frente a quienes defendían que la abstención ante Rajoy se decidiese en una consulta a la militancia. Pero antes de la decisión hay debate. "Soy partidario de abrir la deliberación a sistemas online. Tenemos que permitir que la militancia no tenga que ir a la Casa del Pueblo para decir lo que opina, que tenga mecanismos de participación deliberativos, que el partido tenga un dinamismo más frecuente desde el punto de vista de la participación, siempre a cambio de que luego la decisión la tomen los órganos, o los diputados o el Comité Federal que corresponda", explica.
Según Jáuregui, los militantes pueden dejarse llevar por el sentimiento, pero los dirigentes tienen la obligación de ofrecer pensamiento. Él ha reconocido que estuvo demasiado tiempo callado ante lo que pasaba en su partido y que sólo desde octubre comenzó a hacer pedagogía de la abstención en serio.
"Ha habido más un sentimiento que un pensamiento. Durante estos meses hemos educado a nuestra militancia en una posición anti-PP y anti-Rajoy con muchas razones, pero nos ha faltado un razonamiento político consecuente."
¿Existe un divorcio entre los militantes y los dirigentes del PSOE?
En relación con lo que ha sido la abstención en la formación del Gobierno, sí. Yo, que he estado bastante alejado del debate hasta el mes de octubre, cuando me incorporé porque me pareció que tenía una opinión que dar, me encontré con que la militancia no me entendía y que me reprochaba en las redes mis puntos de vista. Para mí es consecuencia de que no ha habido un razonamiento político. Ha habido más un sentimiento que un pensamiento. Durante estos meses hemos educado a nuestra militancia en una posición anti-PP y anti-Rajoy con muchas razones, pero nos ha faltado un razonamiento político consecuente. Cuando hemos tenido que explicar que nuestro sentido democrático nos obliga a que si no tenemos una alternativa, tenemos que permitir que el partido ganador pueda gobernar, la gente no nos ha entendido. Inclusive cuando hemos explicado que esto era malo para España y también para el PSOE, la gente no nos entendía porque estaba en el sentimiento. Ahí hemos fallado.
El PSC y el próximo congreso
Jáuregui se moja sobre dos aspectos sobre los que hay en estos momentos muchas dudas. El primero es la relación entre el PSOE y el PSC, muy dañada por el "no" de los siete diputados catalanes tras haber participado su partido en la reunión que decidió la abstención. Para Jáuregui, también el PSOE tiene que hacer un esfuerzo por entender la realidad catalana, donde el PP es el quinto partido en el Parlament. "Tenemos que seguir siendo el mismo partido, tanto allí como aquí. Tenemos que adecuar algunas cuestiones en el marco de las relaciones: más lealtad por parte del PSC con el PSOE y más comprensión del PSOE de lo que ocurre en Cataluña", explica.
Este lunes, Javier Fernández y el líder del PSC, Miquel Iceta, acordaron crear una comisión para estudiar la relación entre dos partidos jurídicamente distintos pero políticamente muy vinculados. Según no pocos en el PSOE, si el socialismo español no tiene poder de decisión en asuntos del PSC, el partido catalán no debería estar representado en la Ejecutiva federal o votar en los congresos para elegir al líder. Para Jáuregui, los 18.000 militantes del PSC, el segundo territorio con más afiliados, deberían seguir participando en la elección del secretario general.
Jáuregui también defiende que en el próximo congreso no haya dos candidaturas distintas sino un solo proyecto de unidad. Para él, Sánchez no es el futuro del partido.
¿Qué le parece que Sánchez haya anunciado una campaña por toda España para tratar de recuperar el PSOE? ¿Debería asumir que es el pasado?
Personalmente, creo que sí. Es muy poco razonable que Sánchez vuelva a ser líder del partido. Fue un honor para él, pero ya pasó. Tenemos que proyectarnos al futuro de otra manera y con otras personas.
¿Cuándo debería ser el próximo congreso del PSOE?
Calculo que será antes del verano, pero las prisas no son buenas consejeras. Hay que cerrar heridas, resituar al partido y reflexionar sobre cuál es el partido que queremos para la España que tenemos.
Como socialista vasco que es usted, si Patxi López se presenta, ¿le apoyará?
No tengo ninguna opción sobre personas. Yo lo que quiero es un acuerdo orgánico serio. Me gustaría que hubiese un solo candidato. Si lo hay, yo lo apoyaré. El partido necesita un acuerdo orgánico en torno a un líder.
Usted defendió en 2014 apoyar Juncker para la Comisión Europea y ha abogado abiertamente la abstención que ha dado el Gobierno a Rajoy. ¿Está a favor de negociar y acordar con el PP los presupuestos?
No lo veo fácil. El PSOE no está de acuerdo con los parámetros de la austeridad y de la reducción del gasto. Estamos de acuerdo con cumplir con Europa, pero no de la manera en la que lo va a hacer el PP. No veo al PSOE pactando los presupuestos, pero sí le veo pactando cosas importantes para España en las cuales la convergencia con el Gobierno es, en mi opinión, imprescindible.
¿De dónde se deben recortar esos 5.000 millones que exigen los compromisos europeos?
Hay que ingresar más. En el año electoral del 2014 el PP hizo una rebaja de impuestos con la clara intención de recuperar popularidad fiscal. Eso es lo que nos ha castigado con el déficit. Lo que hay que hacer es reequilibrar en los ingresos, no en el gasto.
Según Jáuregui, el principal objetivo económico de la socialdemocracia europea tiene que ser domar la globalización frente a los que la quieren sin reglas y los que simplemente la rechazan, algo que para él no es realista. Y buena parte del trabajo ha de hacerse fuera de España. "El problema de la socialdemocracia es que sus propuestas están contempladas en el estado-nación y hoy ya nada se decide ahí", explica. Así, de paso, se recuperará apoyo al proyecto europeo.
¿Cómo se puede reconectar a los jóvenes y los desilusionados con Europa de nuevo?
Europa necesita como el respirar un alza de los salarios para que haya una capacidad de demanda interna mayor y para combatir la desigualdad que se ha producido en estos años. ¿Eso cómo se hace? Con un pacto de rentas y con una política que estimule esa idea. Hay que duplicar o triplicar la política keynesiana de inversiones. Tenemos que darle un poco más a la maquinita [los estímulos monetarios desde el BCE] y la Reserva Federal tiene que comprometerse más. Tiene que hacerse la unión bancaria, el mercado de capitales, la unión energética, la agenda digital...Tiene que hacerse un pilar social potente con un subsidio para los parados de larga duración, un salario mínimo más alto… Y luego hace falta un discurso proeuropeísta que conecte con los jóvenes que ya no pueden creer que Europa es la esperanza de la paz porque la paz es su horizonte. Tenemos que resolver la incertidumbre, porque estamos en una época en la que se acabaron las certezas. Las certezas de mi vida juvenil eran que mejoraba mi salario cada año, compraba mi piso, hacía mi familia, tenía un trabajo relativamente seguro, me formaba pero progresaba… Esas certezas se han acabado y estos efectos de la globalización descontrolada son los que tienen que formar parte de un discurso más europeísta para que una Europa más potente haga democratizar la globalización.
Publicado en "El Español", 17/11/2016
Publicado en "El Español", 17/11/2016
16 de noviembre de 2016
Nota de prensa. Fondos Europeos para España. 16/11/2016
Nota de Prensa, Bruselas 16/11/2016
Ramón Jáuregui propone abrir un debate para acabar con la suspensión de los fondos estructurales como castigo a un Estado miembro.
"Los socialistas españoles celebramos que la Comisión haya atendido nuestra reivindicación y no congele los fondos para España."
Ramón Jáuregui propone abrir un debate para acabar con la suspensión de los fondos estructurales como castigo a un Estado miembro.
"Los socialistas españoles celebramos que la Comisión haya atendido nuestra reivindicación y no congele los fondos para España."
El presidente de los socialista españoles en el Parlamento Europeo, Ramón Jáuregui, ha valorado positivamente la decisión de la Comisión Europea de no multar a España con la congelación de los Fondos Estructurales y de Inversión por déficit excesivo, la llamada macrocondicionalidad, y ha atribuido gran parte de este éxito al papel que ha jugado el Parlamento Europeo, especialmente los socialistas rechazando de plano la suspensión de las ayudas. "Siempre nos hemos opuesto a que se sancione a un Estado con la congelación de fondos, y este rechazo rotundo ha sido fundamental para evitar las sanciones a España y a Portugal", ha declarado.
Asimismo, ha celebrado que la Comisión "haya atendido nuestra reivindicación de no aplicar la macrocondicionalidad, porque eso hubiera supuesto penalizar a los ciudadanos por los errores de política económica del gobierno del PP", ha añadido. A este respecto, ha recordado que el déficit excesivo alcanzado en 2015 fue consecuencia de la rebaja fiscal puesta en marcha por los populares en periodo electoral.
A raíz de esta situación, el dirigente socialista ha insistido en la necesidad de revisar las normas europeas para introducir elementos de mayor flexibilidad y poner fin a la macrocondicionalidad, "porque hemos comprobado que es un elemento que no sirve para disuadir a los Estados del incumplimiento del déficit y sí para aumentar el desapego de los ciudadanos con las instituciones europeas".
En este sentido, "nos sumamos a la petición de la Comisión Europea para que los Estados que acumulen superávits por cuenta corriente y que cuentan con una posición fiscal saneada procedan a estimular el consumo privado y a aumentar la inversión pública. Solamente de esta manera, podrá Europa escapar de este estancamiento que nos ahoga", ha añadido.
Por último, Ramón Jáuregui ha instado al gobierno del PP "a no volver a jugar con las ayudas europeas y ajustar el déficit a través de la recaudación con impuestos a las rentas más altas y no de recortes".
Asimismo, ha celebrado que la Comisión "haya atendido nuestra reivindicación de no aplicar la macrocondicionalidad, porque eso hubiera supuesto penalizar a los ciudadanos por los errores de política económica del gobierno del PP", ha añadido. A este respecto, ha recordado que el déficit excesivo alcanzado en 2015 fue consecuencia de la rebaja fiscal puesta en marcha por los populares en periodo electoral.
A raíz de esta situación, el dirigente socialista ha insistido en la necesidad de revisar las normas europeas para introducir elementos de mayor flexibilidad y poner fin a la macrocondicionalidad, "porque hemos comprobado que es un elemento que no sirve para disuadir a los Estados del incumplimiento del déficit y sí para aumentar el desapego de los ciudadanos con las instituciones europeas".
En este sentido, "nos sumamos a la petición de la Comisión Europea para que los Estados que acumulen superávits por cuenta corriente y que cuentan con una posición fiscal saneada procedan a estimular el consumo privado y a aumentar la inversión pública. Solamente de esta manera, podrá Europa escapar de este estancamiento que nos ahoga", ha añadido.
Por último, Ramón Jáuregui ha instado al gobierno del PP "a no volver a jugar con las ayudas europeas y ajustar el déficit a través de la recaudación con impuestos a las rentas más altas y no de recortes".
15 de noviembre de 2016
Intervención Comisión PANA. 14/11/2016.
Comisión PANA. Blanqueo de capitales y Elusión y Evasión Fiscales. Preguntas a Europol y Eurojust.
Nota de Prensa. 14 de noviembre de 2016.
Ramón Jáuregui: "Europol y Eurojust están maniatadas para una verdadera investigación sobre la evasión a paraísos fiscales"
Esta tarde, la comisión parlamentaria que investiga el escándalo de los papeles de Panamá se ha reunido con representantes de los órganos de la OLAF, Europol y EUROJUST para hablar de la estrategia contra el blanqueo de dinero y la evasión fiscal.
Durante el debate, Ramón Jáuregui, miembro de la comisión parlamentaria, ha señalado la importancia de que los Estados faciliten la información necesaria para que Europol pueda avanzar en sus investigaciones. En su opinión, "esta tarde se ha puesto de manifiesto que estos organismos no tienen ni suficientes competencias, ni medios para realizar una verdadera investigación contra la evasión fiscal", ha señalado Ramón Jáuregui tras el debate. "Es bastante penoso que estas agencias no tengan relación con las administraciones tributarias de los Estados miembros, y es incomprensible que las autoridades nacionales de policía, aduanas, tributarias y judiciales no estén reclamando una actuación a nivel europeo. Tampoco se entiende que no se esté coordinada la información fiscal derivada de los papeles de Panamá", ha apuntado.
Igualmente, Jáuregui ha calificado de "urgente" la tramitación y mejora de la cuarta directiva contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. "Sólo a través de una regulación más precisa podremos conseguir que la lucha contra el blanqueo del dinero negro y del terrorismo pueda ser una oportunidad de mejorar la eficacia de la lucha contra la evasión, la elusión y los paraísos fiscales en general". A este respecto, ha añadido, "en mi opinión, hay que aprovechar la oportunidad que nos brinda esta lucha por la seguridad en el mundo para articular la persecución al fraude fiscal".
Durante el debate, Ramón Jáuregui, miembro de la comisión parlamentaria, ha señalado la importancia de que los Estados faciliten la información necesaria para que Europol pueda avanzar en sus investigaciones. En su opinión, "esta tarde se ha puesto de manifiesto que estos organismos no tienen ni suficientes competencias, ni medios para realizar una verdadera investigación contra la evasión fiscal", ha señalado Ramón Jáuregui tras el debate. "Es bastante penoso que estas agencias no tengan relación con las administraciones tributarias de los Estados miembros, y es incomprensible que las autoridades nacionales de policía, aduanas, tributarias y judiciales no estén reclamando una actuación a nivel europeo. Tampoco se entiende que no se esté coordinada la información fiscal derivada de los papeles de Panamá", ha apuntado.
Igualmente, Jáuregui ha calificado de "urgente" la tramitación y mejora de la cuarta directiva contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. "Sólo a través de una regulación más precisa podremos conseguir que la lucha contra el blanqueo del dinero negro y del terrorismo pueda ser una oportunidad de mejorar la eficacia de la lucha contra la evasión, la elusión y los paraísos fiscales en general". A este respecto, ha añadido, "en mi opinión, hay que aprovechar la oportunidad que nos brinda esta lucha por la seguridad en el mundo para articular la persecución al fraude fiscal".
13 de noviembre de 2016
Entrevista Diario Vasco. 13·11·2016
Ramón Jáuregui Portavoz del PSOE en la Eurocámara y exvicelehendakari
«Susana Díaz puede ser candidata a liderar el PSOE. ¿Para qué nos vamos a engañar? López, también»
«Muchos compañeros, amigos y familiares se sorprendieron con mi apoyo a la abstención»
«No podemos aspirar a ser la mayoría de una izquierda minoritaria. Es un error»
«Si el PP quiere acordar con el PSOE, necesitará cierta convergencia de propuestas en el tema territorial»
Defiende una reforma federal de la Constitución que permita a Euskadi y a Cataluña «renovar su estatus en España»
SAN SEBASTIÁN. Ramón Jáuregui (San Sebastián, 1948) es portavoz de los socialistas españoles en el Parlamento Europeo desde hace poco más de un mes, tras abandonar el cargo Iratxe García como consecuencia de la dimisión de Pedro Sánchez. Se lo pidió el presidente de la gestora del PSOE y lo ha asumido como «un servicio más a la ‘casa’» a la que llegó hace más de 40 años. El político vasco, preocupado por el «daño enorme» que Donald Trump y otros extremismos causan a la democracia, trabaja en la ponencia política para el futuro congreso del partido. Su propuesta para elegir el líder pasa por un acuerdo orgánico sobre el candidato.
–Desde el corazón de Europa, con el auge de la ultraderecha y los populismos, ¿cómo se ven los problemas de su partido en España?
–Mi única reflexión viviendo la política europea muy intensamente, porque paso allí incluso los fines de semana, es que el PSOE tiene que ser un partido clave en España. Si no, el país lo pasará mal y Europa también lo sufrirá. Estoy convencido de que una izquierda moderna global es cada vez más necesaria. Nuestro principal proyecto es hacer fuerte Europa y democratizar la globalización. En eso es donde quiero ver a mi partido, por eso mi mirada es un poco más amplia que la estrictamente nacional.
–¿Cómo ha vivido la crisis?
–Ha sido bastante duro, porque yo me lancé a la defensa de la abstención cuando se produjo la dimisión de Pedro Sánchez y la gestora me pidió que saliera en los medios a defender esa posición. Creí que era una decisión más obvia que la que he comprobado después al descubrir que había una militancia apasionada en el ‘no’. He visto a mis compañeros en las bases con una tensión emocional incompatible con el razonamiento político en muchos casos. Durante todos estos últimos meses nos habíamos estado regodeando en el liderazgo del ‘no’ y no hemos hecho ese razonamiento político respecto de las otras alternativas.
–¿A qué se refiere exactamente?
–El PSOE no ha jugado bien sus bazas. Después de que Podemos negara el apoyo al pacto PSOE-Ciudadanos, teníamos que haber reclamado al PP que se presentara y haber facilitado la investidura de Rajoy. A diferencia de hoy, tendríamos un acuerdo PSOEC’s, seríamos los líderes absolutos de la oposición, habríamos dejado perfectamente claro que Podemos era el culpable de que no hubiera habido un gobierno alternativo, y tendríamos al PP con 123 diputados; hoy lo tenemos con 170. Esa es la diferencia. Cuando me tocó venir y salir en los medios, porque llevaba retirado de la trinchera mediática unos dos años, me encontré –un poco ingenuamente tengo que confesarlo– que mis argumentaciones, que las hice con claridad desde el principio, no eran comprendidas porque la militancia estaba emocionalmente predispuesta a lo contrario.
–El partido en Euskadi, precisamente, ha sido un gran defensor del ‘no’.
–Sí, por eso ha sido un poco más duro para mí, porque muchos amigos y compañeros e incluso familiares se sorprendieron de mi posición. Bueno... qué le vamos a hacer.
–¿Su postura le ha traído disgustos?
–Sí. No ha sido grato, pero estoy tan convencido de lo que hemos hecho que creo que es un servicio que yo tenía que hacer. Porque, desgraciadamente, no hay tantas personas en mi partido para hacer lo que he hecho.
–¿Vio la entrevista de Pedro Sánchez en televisión tras dejar su acta de diputado?
–A medias.
–¿Qué le pareció?
–No me gustó.
–¿Por qué?
–Porque no vi una sola palabra respecto de lo que es el proyecto del PSOE para España, no escuché una palabra sobre los problemas del país, y porque competir con Podemos, en clave de radicalidad, nos lleva al desastre. Ese no es el camino. Nosotros no podemos aspirar a ser la mayoría de una izquierda minoritaria. Es un error. Tenemos que ser la alternativa a la derecha, sin olvidar que 5 millones de españoles están en el centro sociológico y pueden votar indistintamente a partidos muy diversos incluidos el PP, Ciudadanos y el PSOE. –Sánchez habló de España como una nación de naciones. ¿Cómo se hila esa postura con el documento de Granada y la conferencia política que usted redactó en 2013? ¿Qué queda hoy de los dos documentos? –Queda mucho. A mí lo que diga Pedro Sánchez no me interesa porque creo que es pasado, sinceramente. En todo caso, sobre la conferencia política que construí en el partido y el documento de Granada que redacté, de puño y letra, junto con Alfredo Pérez Rubalcaba, tengo una idea clara de lo que tenemos que hacer y tenemos que ser. Hay que hacer una reforma al modelo territorial español, con inspiración federal, hay que cambiar el título VIII de la Constitución por lo tanto y hay que aprovechar que esa reforma permita una renovación de algunos estatutos. En particular, Cataluña y el País Vasco tienen que aprovechar ese nuevo marco para renovar su estatus en España. Cómo se llamen me parece un debate menor, los debates semánticos no nos llevan a ninguna parte. Lo que importa es que seamos capaces de que decidamos juntos, y esa decisión conjunta pasa por que la Constitución nueva, renovada, sea aprobada en Cataluña y en Euskadi; también inclusive, si es posible al mismo tiempo o sucesivamente, el nuevo Estatuto. Este es el camino. Fuera de este formato todo es peligroso para España, sea el derecho a decidir, los referéndums independentistas o la ausencia de respuestas a la demanda identitaria que se plantea en estas comunidades.
–El PSE dice que no tiene miedo a referirse a Euskadi como nación. ¿Usted tampoco?
–Me parece un debate menor. Yo acepto lo que aprobamos en el Estatuto de Cataluña y es que los catalanes se consideraban nación. Es una manera de encontrar una solución, pero no haré un debate semántico.
–Desde su experiencia de tantos años en el partido ¿cree que ésta es su peor crisis?
–No me parece la peor. No sé si porque la vivo a distancia. Es una cuestión que la vamos a resolver, incluso creo que el debate ha terminado en ese sentido. No veo recorrido a una fractura interna, porque hay una gran mayoría del PSOE que cree que nuestro papel ya está definido en la nueva legislatura: ser líderes de la oposición con capacidad de agrupar mayorías del ‘no’ al gobierno. No soy de los que cree que tenemos que gobernar desde el Parlamento, eso no es posible, pero hay mayorías del ‘no’ que pueden doblar el brazo al PP en muchas cosas. Y veo un PSOE con capacidad de pacto con el Gobierno sobre las cosas que España reclama.
–¿La decisión de abstenerse les va a penalizar en el futuro?
–Ya pasó.
–¿...?
–Ya pasó. Sí. Ya nos abstuvimos, lo decidió el partido y hay un Gobierno. Ahora toca acordar cómo jugamos ese papel, lo demás es puro pasado.
–¿La crisis iba a acabar llegando sí o sí porque el germen ya estaba?
–No. Ha ocurrido porque no hemos gestionado bien la diabólica situación que se creó en las elecciones de diciembre y junio.
–¿Defiende la consulta a la militancia, eso de un militante, un voto?
–Para elegir el secretario general sí. Con lo que no estoy de acuerdo es con que todos los militantes tengan que decidir la opción política del partido. Para eso nos eligen los militantes, para que tomemos decisiones.
–¿Hay banquillo en el PSOE para afrontar el futuro liderazgo?
–Vamos a hacer un congreso, no se cuándo porque la gestora lo tiene que decidir, pero hace falta hacer una reflexión política previa. Hay que hacer una ponencia política interesante, actualizada y modernizar las respuestas para ofrecernos como partido solvente, que ofrece confianza. Somos un partido de pacto, no de pancarta. La ponencia hay que elaborarla en los próximos meses. Cuando la tengamos, paralelamente, hay que concitar un acuerdo orgánico.
–¿En qué se basaría ese acuerdo?
–Es la posibilidad de que el congreso, cuando se celebre, tenga un solo candidato a las primarias. Yo deseo ese acuerdo orgánico porque sería bueno para no perpetuar la fractura, superarla, adaptarla al tiempo nuevo y consolidar un liderazgo sólido y nuevo, que tendrá que ser la elección del secretario o secretaria general. Y si se hace por un acuerdo de todos los territorios, mucho mejor.
–¿Están ‘contaminados’ o ‘quemados’ para liderar el PSOE los miembros del partido que han estado en primera línea durante la crisis como Susana Díaz, el propio Sánchez que anunció que recorrerá España con su coche para hacer campaña...?
–El nombre del candidato si hubiera un acuerdo no lo puedo adelantar, pero tiene que ser alguien nuevo.
–¿A qué se refiere con nuevo?
–Quiero decir que no es el de antes.
–Es decir, que Pedro Sánchez, no.
–Insisto en que Pedro Sánchez es el pasado.
–¿Y Susana Díaz es pasado?
–No. Creo que es una de las posibilidades, lógicamente. ¿Para qué vamos a engañarnos?
–¿Y Patxi López?
–También puede serlo. Lo que creo es que es mejor un acuerdo que no un enfrentamiento.
–López es querido entre la militancia. ¿Lo es también entre los que mandan ahora en el partido?
–No lo sé. Yo prefiero un acuerdo, no digo más.
–¿El congreso debería celebrarse cuanto antes, como proponen sus compañeros en Euskadi?
–Cuanto antes no es posible. Primero hay que hacer la ponencia política, saber a qué jugamos, qué proyecto decidimos, y eso va a requerir unos meses e incluso más.
–¿Después del verano?
–No. Yo calculo que será antes.
–¿Usted va a ser uno de los redactores de esa ponencia?
–Sí. Trabajo en ello. Estoy ayudando. Pero no sé exactamente de qué manera. Obviamente, cuando preparé la conferencia política en 2013, junto a Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Valenciano, hicimos una expansión de la reflexión a todo el ámbito ideológico, y fue tan amplio el campo de apertura que ese trabajo tiene que servir de base para la elaboración de la ponencia, actualizada, de nuestro proyecto político.
–¿Hay un equipo ya trabajando?
–Se están preparando diferentes grupos de trabajo.
–¿En Euskadi, sería bueno un acuerdo de coalición PNV-PSE?
–Sí. Lo lógico es que el PNV y el PSE se entiendan. Es lo mejor para el País Vasco, siempre lo he defendido y en estas circunstancias también. Es la convergencia más lógica, más allá de intereses partidarios de unos y otros en la gobernación.
–¿Qué siente al escuchar que pactar con el PNV nunca ha rentado al PSE?
–Pero siempre hemos sido un partido muy central en la política vasca y un partido generoso en general, más allá de los resultados. Mi vida política se construyó en los años en los que fui vicelehendakari y tengo muy presente que, aunque había una competencia legítima entre los dos liderazgos, el bien común de la paz, por ejemplo, del pacto de Ajuria Enea, guió toda nuestra política. Así como la apuesta por la modernidad e, incluso, el aquietamiento económico del País Vasco con el Cupo, con las inversiones, la reconversión industrial... –Los escollos principales parece que se sitúan en el terreno del autogobierno y en la pacificación.
- ¿El PSE debería ser generoso en esos temas?
–Hay posibilidades de entendimiento. Si en la política española coge fuerza la idea de una reforma constitucional y hacemos esta oferta de reforma mirando también a Cataluña y País Vasco, porque yo soy de los que cree que hay que forjar una propuesta que aglutine a los no independentistas, el País Vasco puede encontrar una oportunidad de avance en su autogobierno, en el reconocimiento de su identidad, en la adaptación del viejo Estatuto de Gernika a la Euskadi en paz, y a la incorporación también de la denominada izquierda abertzale que no estuvo en ese texto. Todo eso conforma una tarea histórica.
–Pero en este asunto, el PP no parece que pueda entrar fácilmente.*-
–El PP va a cambiar su política en relación con el tema territorial porque una de las cosas que el PSOE le va a decir en la política española, desde esta oposición útil que vamos a defender, es que España tiene que hacer una oferta en Cataluña y no puede pasar más que por lo que he dicho. Si el PP quiere verdaderamente moverse en un nuevo tiempo de diálogo, va a tener que coger al PSOE de la mano y el PSOE al PP de la mano y hacer lo que durante estos últimos años no ha hecho. El PP no tiene mayoría y si quiere acordar con el PSOE cosas va a tener que encontrar una cierta convergencia de propuestas en el tema territorial.
Publicado en Diario Vasco, 13/11/2016
10 de noviembre de 2016
Entrevista Onda Madrid. 10/11/2016
Oir la entrevista en este enlace
FRASES DESTACADAS DE LA ENTREVISTA:
FRASES DESTACADAS DE LA ENTREVISTA:
"El Tratado de Comercio con EEUU podría estar muerto con Trump en la Casa Blanca"
"El populismo es nacionalista. Se vota a Trump para que cierre fronteras a la inmigración y a los productos chinos"
"Ahora más que nunca Europa necesita fortalecerse"
"Estamos en un momento histórico de globalización no ordenada que está poniendo en solfa muchas cosas"
"Los cambios que están expresando los ciudadanos en muchos casos son muy preocupantes"
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